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Un Colegio colmado de peones y reinas, más de 100 lo hicieron posible

 Le costaba entender que estaba pasando.

El almanaque marcaba el día 7 del mes 8 y si no estaba equivocado era domingo.

Domingo día de paz, de silencio, de calma reparadora para recomenzar el lunes con toda la energía. 

Ya habían pasado cinco días de enseñanzas, de maestras compartiendo saberes, de pupilos acumulando conocimientos, de lecciones aprendidas con calma y recreos vividos con mucho ruido.

El sábado había sido de pausa y llegó el domingo, el silencio debería adueñarse de él, de ese Colegio de los Molinos que pausaría su actividad para tener toda la fuerza el lunes y verse colmado nuevamente por sus pequeños "molineros".

Estaba de brazos cruzados en el amanecer de ese domingo, recordando un día de diciembre  cuando los había abierto de par en par para recibir a decenas de enanitos bandidos que se apasionaban por un mundo formado por 64 casillas.

Pero la calma pareció empezar a desaparecer cuando a las 7.30, un grupo de entusiastas comenzaban a cambiar las sillas de lugar, modificaban  tizas por tableros y en lugar de meriendas y borradores aparecían por algún rincón medallas y trofeos...

La calma poco a poco iría desapareciendo, el movimiento de las personas que cambiaban las cosas de su sitio comenzaba a hacerse cada vez más veloz, como si las agujas del reloj al avanzar apuraran sus manos y sus piernas. Algo estaría por ocurrir, ese domingo parecía que iba a ser un domingo distinto, quizás volviera a ocurrir lo de aquel 5 de diciembre y aún en domingo volviera a verse visitado por mucha gente menuda.

Ante el trajín veloz que iba en aumento a la par del  avance del minutero, la decisión fue clara y premonitoria: los brazos ya no pueden estar más cruzados, deben estar en señal de alerta, quizás tenga que volver a abrirlos, para recibir a alguna visita inesperada.

Y los minutos siguieron avanzando, y el paso de quienes organizaban todo fue aumentando su rapidez y comenzaron a llegar los que terminarían con la calma dominguera hasta hacerla desparecer por completo.

Y llegaron los primeros desde el Cerro, luego vinieron los de Piedras Blancas, empezaron a aparecer los de Buceo, Malvín, por supuesto también los que oficiaban de locales, y de todas partes empezaron a llegar niños y adultos dispuestos a pasar una mañana entretenida rodeados de reyes orgullosos, peones valientes y corceles bravíos.  

Y el Colegio agradeció que le quitaran la calma dominguera, abrió sus brazos tanto como pudo y quiso abrazar a todos, desde los chiquitos sub-7, hasta los adolescentes sub-13, pasando por cada uno de los padres y demás acompañantes que le dieran la enorme alegría de formar nuevamente parte de esta fiesta colmada por 119 apasionados por el ajedrez y que lograron que hasta sus propias paredes esbozaran una sonrisa.....



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El torneo juvenil estuvo dividido en 4 categorías totalmente independientes y su división se realizó ya pensando en el año que viene...


Sub-7

22 fueron los que le dieron vida a esta categoría y sin ser dos, para todos los demás era su primer torneo, lo cual sin dudas quedará registrado en su memoria por mucho tiempo.

Un salón adecuado para ellos, y sus cinco rondas, que más allá de la competencia en si misma, era una actividad por demás formativa, aprendiendo de cada partida, mirando con detalle si hubo un error y entendiendo cual fue, para que en la próxima desapareciera.  Y todo eso con la dualidad de manejar los conceptos del torneo, (el silencio, la espera por el otro, la calma ante una partida adversa) y la decisión que cada partida así como toda la competencia fuera un disfrute en si misma.

Había que mantener hasta el final la misma sonrisa que mostrara la foto que abría la mañana y vaya que lo lograron. Con estos niños, con esa pasión y todo su talento, quienes peinan canas pueden quedarse tranquilos que hay ajedrez para rato.

Guadalupe Manzur campeona

Juan Simón Figueroa, vice campeón a solo medio punto de la cima...

El "pequeño Juan" siempre se arregla para estar bien arriba: tercero también con 4 puntos.


Sub-9

Los 55 niños que se anotaron para darle vida a esta competencia hicieron que esta categoría estuviera dividida en dos salones para el mejor desarrollo de la actividad, y además...¡porque no entraban en uno solo!

Miguel Tabárez, quien lleva adelante el taller en la Casa de la Pólvora en el Cerro, Gonzalo Marco, columna fundamental del faro desde el que se contagia amor por el ajedrez en el Teatro de la Experimental en MalvínLucía Cejas quien transfiere sus saberes en el colegio San Pablo y Nicolás Llanes quien nos acompaña desde sus 7 años y es parte de las nuevas generaciones que nos sucederán, fueron quienes controlaron, aconsejaron y arbitraron a ese medio centenar de ajedrecistas.

Eran tantos que luego de jugarse las cinco rondas, hubo dos que habían ganado todas las partidas y no se habían enfrentado entre ellos. Uno perteneciente al club amigo de Trebejos, el otro alumno del gran entusiasta Fernando Bonilla. Las opiniones de como dilucidar quien sería campeón fueron desde hacer otra partida hasta hacer un "piedra, papel o tijera", y había opiniones que se volcaban para ambos lados.

De todas formas como el tiempo pasaba muy de prisa y varios padres ya escuchaban ruidos en su panza  que pedía sólido a gritos, se decidió que dilucidara el sistema de desempate que tenía incorporado la computadora. Así fue y quedó una preciosa imagen del gesto de gran deportividad de quien fuera segundo hacia el campeón.

Manuela Moreno(3°), Leonardo Marquisio (2°), Martín Wilson campeón posan juntos para la foto


Un muy aplaudido apretón de manos



Sub-11

26 dieron vida a este grupo, quienes fueron arbitrados por Guillermo Gereda, quien es, (entre tantas cosas), uno de los que lleva adelante el taller de ajedrez en este mismo Colegio de los Molinos, los días lunes y abierto para todo público.

Esta categoría reunió a niños que juegan "desde hace rato", teniendo ya muchos torneos encima, con logros a nivel nacional y hasta con participación fuera de fronteras, con otros que este 7 de agosto se transformó para ellos en el primer campeonato de sus vidas.

Al ser más grandes, en esta categoría a diferencia de las anteriores jugaron controlados en su tiempo por un reloj que marcaba 15 minutos disponibles para cada jugador.

Al final del torneo, se comentaba sobre la confirmación de algunos niños que siempre se las arreglan para estar en los primeros puestos, así como de algunos "desconocidos" que causaron gran sorpresa por su performance.

Andrés Cammarota ganó 4 empató una, brillante vice campeón

Lisandro Galli rey de la categoría, cinco jugados cinco ganados, rendimiento excepcional

Primer torneo de Agustín Bordón y termina tercer e invicto, tres victorias y dos empates. Gran futuro


Sub-13

Fueron los más experientes de ese domingo lleno de ajedrez en Sayago. 20 que ya en breve dejarán (si ya no lo hicieron) de llamarse niños, y ya adolescentes juegan a la par de adultos y en muchas, muchas ocasiones los superan.

Quien hizo de justicia en la categoría fue Fernando Cardona, quien es un puntal del club en los talleres de Brazo Oriental y de Paso Carrasco.

Al igual que en la categoría sub-11, la mezcla de los que ya hace tiempo transitan competencias ajedrecistas y los novatos se vio de forma clara, y se hizo notar en el tablero. Para quienes fue su primera experiencia, deben tener presente que quienes en esta oportunidad ocuparon los primeros puestos pasaron antes por el camino de tropezar muchas veces hasta alcanzar el éxito, y el disfrute del camino, junto con las enseñanzas que este deja fue lo que posibilitaron que luego de muchos intentos su nombres ahora queden más arriba. 

La frase de cabecera es clara, "solo pierde el que baja los brazos" y obvio....la sonrisa.

Mauricio Macedonio indiscutible campeón, 5 victorias en 5 partidas. Imponente el popular doble m

Martín Sánchez, solo cayó ante el campeón, el resto todo victorias: vice campeón.

Santino Giardello al igual que Sánchez sólo inclinó su rey ante el monarca doble m. Por sistema quedó en tercer lugar.



Regalos y sorteos

Para todos hubo algo, nadie en un torneo proísta se puede ir con las manos vacías, y esta vez un alfajor de Portezuelo terminó en las manos de los niños, aunque es verdad que por poco tiempo en sus manos. Luego hubo sorteos de tazas y remeras con logos del club, un tablero de ajedrez proísta, un cuellito "ajedrecistico" para aguantar mejor lo que queda del invierno, y hasta una tarjeta del socio espectacular y sus múltiples beneficios entre los acompañantes.

Entrega de la tarjeta de Socio Espectacular, el número premiado estaba en las manos de Vicente Manzur


Agradecimientos

.- A la dirección del Colegio Los Molinos en el nombre de Felisa Abella y Claudia Ichazzo, por tener esa generosidad tan grande para apoyar toda actividad que le propongamos, y cedernos su institución de par en par sin importar si es verano o invierno, si llueve o hay sequía, o si todo sopla con viento a favor o un fango de logo lucha por desestabilizar nuestra vertical. Gracias infinitas por la confianza depositada en nosotros, nos da tanta responsabilidad como alegría.

.- A los padres, que se levantan más temprano de lo que acostumbran en domingo, y que se bancan unas cuantas horas a la espera de si de dentro de un salón saldrá la sonrisa de su  hijo después de la contienda ajedrecistica o tendrán que ser motor para levantar un ánimo que se vino abajo, sin ellos nada de esto sería posible.

.- A Mariana Rivoir, maravillosa creadora de milcositas.uy que siempre engalana nuestros torneos con algún obsequio de su creación.

.- A Socio Espectacular por apoyar con sus tarjetas las actividades.

.- A Sebastián Giardello quien se estrenó en la computadora llevando adelante los 4 torneos de forma paralela y demostrando una capacidad para sortear obstáculos maravillosa.

.- A Leonardo Borgiani, maestro de la fotogrofía que dejó mil imágenes para poder compartir y recordar.

.- A Lucía, Luz, Miriam, Andrea, NataliaJulio que dieron mano invalorable para que todo saliera perfecto.

.- A Mario Moreno, madrugando como el que más para que todo saliera a tiempo.

el patio colmado presenciando la entrega de premios

la tarde daba sus primeros pasos, el mediodía ya había quedado atrás y poco a poco el Colegio volvía a sentir que era domingo. 

Esas paredes que mágicamente quisieron correrse de su lugar, ensanchar el espacio para dar aún más lugar a los pequeños, tenían todavía la sonrisa tatuada de una alegría que duraba en desaparecer.

Fueron más de 100 que compitieron, ¿pero cuántos organizaban?, ¿cuántos hicieron compañía?.

Cuando los salones quedaron vacíos el patio fue todo jolgorio, como si fuera cualquier otro día entre lunes y viernes. ¿Cuántos? 200...300... las paredes quisieron contarlos uno a  uno como para guardar registro para siempre de este día tan hermoso, pero se perdió una y otra vez en la cuenta.

Quizás porque eran muchos, quizás porque se movían, o quizás por la emoción sentida de ver a tantos que la visitaron en domingo para hacer de este 7 de agosto un día para el mejor recuerdo.

Atrás quedo el placer de la calma dominguera, fue cambiado por el bullicio alegre y vigoroso que solo la  unión de tantos niños puede provocar.

Y si bien la calma es necesaria y se disfruta, bienvenidos los domingos como este que llenan de vida, entusiasmo y energía.

Los brazos abiertos volvieron a quedarse vacíos.

Volvieron a cruzarse como cuando el amanecer no había dado paso a la mañana.

El silencio y la calma volvieron a apoderarse de sus pasillos y salones.

Todo volvió a ser como antes.

Menos la sonrisa, que ya no pudo borrarse jamás.

Y al cerrar la puerta misteriosamente entre tanto silencio se escuchó un enorme GRACIAS, aquí estaré para cuando quieran volver....hasta pronto.

...

Para revivir los preciosos momentos de ese domingo pinchando aquí se accede al álbum de fotos.


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