Por la calle que separa las ciudades de Rivera y Santa Ana do Livramento, circulaban decenas y decenas de autos, con sus bocinas estridentes a tope, con la gente gritando su algarabía a voz en cuello, con muchos teniendo como asientos la ventanilla para poder manifestarse y ser escuchados. Cientos de globos verdes y blancos se alzaban al cielo y las transeúntes detenían su marcha en la vereda para saludar con mano en alto y sonrisa amplia a quienes festejaban un logro importante de su querida institución deportiva.
El bullicio se hacía dueño de la frontera.
Empujar la puerta de la Universidad en ese sábado de tarde, carente de alumnos en sus aulas ni de docentes compartiendo saberes, hacía penetrar en un mundo silencioso, calmo y sereno. A unos cuantos metros de la entrada, la enorme actividad se centraba dentro de la mente de 38 ajedrecistas que hacían trabajar sus neuronas, buscando que conectaran de forma precisa y surgiera así las jugadas brillantes que anhelaban encontrar.
Lo grande del lugar, sumado al silencio imperante, generaba ese clima perfecto para el desarrollo de las partidas, esas partidas que estaban dando paso al inicio de la Liga Nacional 2025 absoluta en la zona norte, la que nuclea los departamentos de Artigas, Rivera, Cerro Largo y Tacuarembó.
Es bueno aclarar que este torneo corresponde a la categoría absoluta, ya que la juvenil se desarrollará al igual que el año pasado en Artigas, de donde saldrán los clasificados sub-16 y sub-12 para la gran final que aún tiene sede sin definir.
Esta primera etapa de la Liga, tiene el toque pintoresco que se lleva adelante fuera del territorio nacional, más precisamente en suelo brasileño, pero un suelo casi uruguayo porque si uno camina cien metros o hasta quizás menos ya se encuentra en territorio celeste, pero de todas maneras no deja de ser un dato singular, porque es nuestra Liga Nacional, y hasta suena extraño que al entrar el amable funcionario de la puerta salude con un "Bom día, como vai?".
Eran ya más de las 21 horas y bastante pasaditas cuando la última mano se extendíó para felicitar a su rival de turno, para inclinar su rey sobre el tablero y mostrar un toque de frustración en su rostro. Habían pasado más de 3 horas de dura lucha mental y el rey había claudicado en la defensa de su reino.
Diego Villani el joven riverense que manejaba el rey que regresó a su comarca con las banderas flameando victoriosas, demostró una precisión muy grande en el manejo de un final complejo para volcarlo a su favor. Un joven que sin dudas, es un talento a cuidar y promover de esta zona del país.
Las tres rondas sabatinas llegaban a su fin y la tabla mostraba que solo dos habían logrado la perfección en su puntuación, el tacuaremboense Juan Suárez, defensor de Trebejos como club capitalino y del Tacuarembó en su tierra natal y Ruben Trajano Souza riverense integrante del Club Peón Pasado, quien forma parte de la organización del torneo.
Ellos se medirán en la primera ronda dominguera y el ganador no solo será un gran candidato a llevarse el premio de campeón sino que estará sellando su pasaje a la gran final 2025.
Pero la lucha por la clasificación y por el título no queda centrada en ellos dos, hay cuatro que esperan ansiosos un pequeño tropiezo para arrebatarles el lugar en la cima. Tres uruguayos y un brasileño llegan a la recta final invictos y solo con media unidad menos, por lo tanto con todas las posibilidades intactas: Romin Aguirre, César Robalez, Tiago Pereira los celestes, y el verdeamarelho Ignacio Pereira Junior.
Precioso torneo el que se está viviendo al comenzar la Liga, con mucha participación y con presencia de jóvenes, niños y varias femeninas, lo que siempre suma y aporta.
Por las calles que separa las ciudades de Rivera y Santa Ana do Livramento, la noche hacía aparecer un ómnibus multicolor transitando a paso lento. De su interior salía música tan estridente como contagiosa que llenaba la plaza bi-nacional de acordes pegadizos y hacía suponer que en su interior, impenetrable para la vista de los de a pie, decenas de jóvenes dejaban salir toda su fantasía para el disfrute de un sábado a la noche.
Bajo las estrellas de este cielo riverense de sábado a la noche, varios ajedrecistas reunidos cenaban en paz y armonía, con la algarabía puesta en la conversación, en el intercambio, y en descubrir si la fantasía de haber entregado la torre en h7 y después el alfil sacrificarlo por un peón, había sido una obra maestra o... quizás otra cosa.
Dos caras de mismo lugar, dos maneras diferentes de vivir un sábado en la frontera....
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