La Proa conversó con una de las caras más visibles del Club Urreta, Guillermo Hiriart, para saber un poco más de ese proceso de desafiliación-afiliación, los objetivos que se plantean y las incorporaciones de Andrés Rodríguez, Martín Crosa y Álvaro Guerrero al equipo más fuerte, a priori, en este Interclubes.
Guillermo Hiriart (izq.) y Andrés Rodríguez, en 2011. Archivo: La Proa. |
Modelo era el típico club de barrio, de los que quedan pocos. Los que se reciclaron, se salvaron, y para este club no fue así. Simplemente, el negocio de explotación de las instalaciones se dejó en manos de particulares, y el ajedrez no encajaba. Llegamos tarde a la directiva para salvarlo. Se hizo lo posible, pero no se puede remar contra los contratos firmados e intereses monetarios.
Ser presidente implica ganarte enemigos. No todos van a estar de acuerdo contigo. Hay que parecer y ser "malo", "pisar", "acomodar" gente y tener un poco de malicia, y ese no es mi estilo.
Reconozco que traté de dialogar más que de actuar, pero no toda la gente es como uno. Preferí la conciencia limpia y en 2012 me fui del Modelo, y, con ello, también lo que quedaba del ajedrez.
Urreta no nació por iniciativa mía. En el 2013 yo estaba pensando a qué club me iba a ir. Como estaba muy identificado con Modelo, no quería recalar en ningún club capitalino porque no me cuadraba el estilo político de los clubes en los cuales pensé. Me gustan las iniciativas proajedrez de muchos pero no solo se trata de armar torneos, acomodar salas y la movida de gente.
Para mí, la política que hace un club es importante; es lo que más me gusta hacer aparte de jugar. Cuando pasaban cosas en la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA) hablaba con las cabezas de esos clubes y no tenía respuesta. Solamente Paysandú comprendía mis inquietudes, pero está muy lejos. Entonces evalué caerle a los muchachos de Atlántida ya que estaba por adquirir una propiedad cerca y encontraría la tranquilidad para hacer junto a ellos eso que quería.
Pero esto es muy chico. Mi sobrino juega en Urreta. Iba a verlo de vez en cuando, y muchos de los chicos me decían “profe” porque daba clases en el colegio del barrio donde van muchos de ellos. Se ve que se enteraron de que enseñaba ajedrez, le pidieron mi número a mi cuñada y a fines del 2013 me llama un tal Carlos (ya lo van a conocer todos) que me pidió una entrevista para dar clases a los botijas del futbol de Urreta en la sede, porque querían añadir otro deporte.
Casualmente, el club me queda más cerca de casa que Modelo. Ni bien charlé con la directiva, quedaron maravillados para empezar en ese momento. Yo sugerí afiliar el club a la FUA para poder conseguir ayuda de materiales y demás, y allí fue como nació todo. Urreta FC es un club muy conocido a nivel de baby futbol, no es un invento nuestro, ya estaba y tiene todo: sala, directiva de padres y ahora ajedrez, muy distinto a otros clubes.
¿Cómo ha sido la actividad del club desde su surgimiento?
Urreta se afilió antes de la asamblea anual de la FUA del 2013, por lo que su afiliación es provisoria. Los clubes de la FUA deben votar su afiliación definitiva en la próxima asamblea.
Al momento, nos juntamos los miércoles en la sede de Canstatt 2966 y damos clases a varios chicos. Uno de ellos, el Benja, salió primero en la final uruguaya Sub-8 y quedó trecero por sistema. Yo lo entrenaba en Modelo desde los seis años. Cuando estaba todo mal allá, los padres lo llevaron a La Proa, y cuando se enteraron de que volví a dar clases en Urreta y le conté, ni dudaron en volver.
Junto con Pablo Carbone jugamos con los chicos. Se viene arrimando gente de a poco. El invierno está cruel a la noche y es difícil mantener continuidad, pero ni bien comiencen los torneos que va a armar Jorge Bermúdez los viernes después del Sudameicano, más algún IRT de presentación para más nivel, la cosa se va a mover más.
¿Qué objetivos tienen como club?
La idea es enseñar ajedrez a los chicos, pero los veteranos que estamos en el circuito no queremos solo eso. Yo sigo con ganas de jugar y quiero que mis amigos jueguen conmigo. Conocemos el paño, y se hará todo lo que pueda hacerse.
Para este Interclubes alinearon a dos de los mejores jugadores de Uruguay, Andrés Rodríguez y Martín Crosa. ¿Ambos son jugadores del club?
Reglamentariamente, supongo que Andrés quedó libre ni bien Modelo dejó de participar. Le conté de la idea y cuando estuvo por acá durante el torneo blitz de la Udelar, creo, lo invité a charlar con los directivos del club para que lo conocieran.
Cuando afilié el club, Andrés y Uberlindo fueron los primeros en ser traspasados a Urreta, por supuesto.
Me sorprende no me preguntes por Guerrero. Álvaro es también uno de los mejores jugadores del medio. Con él charlé varias veces de sus programas de alto rendimiento, que fueron excelentes, y para convencerlo de que volviera. Lo conozco desde que jugamos una Najdorf en Buenos Aires, allá por el 2000. Éramos los únicos uruguayos y me tocó contra él, recuerdo la partida, tenía calidad de más en el final y me siguió hasta que me colgué la torre con su alfil. Hemos jugado también algunos pinpones en su apartamento junto con Andrés (ellos jugaron conmigo).
Había un tema reglamentario con Álvaro que, si no se sorteaba, nos volvía a dejar rengos, y por eso pensamos en Martín Crosa. En este Interclubes no llegábamos a la gente, muchos tienen compromisos particulares y no pueden ir, y se ve que le pasó a muchos clubes ni bien ves las integraciones.
Para mí, el Interclubes es como un hijo. Esta manera de disputa la ideamos cuando yo estaba en la directiva de la FUA, allá por 2003. Entonces, en el afán de estar, como todos los años, tenía que completar el equipo.
Solo estábamos Andrés, Rodrigo, eventualmente Álvaro y yo. Crosa solicitó pase, FUA le dijo que no había problema pero que se debían pagar las UR a Trebejos. Surgió todo un intercambio de mails con FUA y una negociación con Trebejos. Aprovecho para destacar la voluntad de Carlos Milans y Marcelo Lanzilotta para dejarlo jugar. Ni bien todo se aclaró por la destraba de Guerrero, me sentí muy mal. Tenía el equipo y ni pensé que Martin se iba a perder la ilusión de volver a jugar, por lo que accedimos a arreglar monetariamente con FUA el pase de Martín.
Ambos no suelen jugar muchos torneos en Uruguay. ¿Les pagarán un cachet?
Ya te conté cómo hicimos para que jueguen con nosotros. Principalmente, todos nos conocemos bien. Yo sé cómo son ellos como personas, no con el título que tienen antes del nombre.
Es la diferencia con mucha gente del ambiente, que piensa que porque tienen un título no se les puede decir nada. Al contrario, a Martín lo conozco también desde el 2000, lo destrocé con una francesa [risas].
El tema del cachet es otro mito. Si bien a veces hay dinero, te aseguro que ponen más plata de la que reciben.
En la negociación por Martín con Trebejos se llegó a decir que si había plata por Andrés también podía haberla por Martín, y ahí me cayó la ficha. La gente piensa que yo soy mecenas de Andrés, que saco plata de mi bolsillo para tenerlo al lado mío, y nada más alejado de la realidad.
Andrés viene a este Interclubes gratis para el Urreta. No pidió nunca nada específico. Si había, había. Si no, mala suerte. Todavía no sé cuánto pone el club, pero Andrés me conoce y sabe que yo le podía conseguir lo mínimo, al menos para que no se vaya “zapatero”.
Además, él aprovecha a venir y ve a sus hijos y sus amigos, hace trámites, etcétera. Andrés, hoy, para mí es un amigo, no un GM. Él hace valer el título en los ámbitos que le corresponde hacerlo valer.
Cuando lo llamé hace mas de 10 años para que viniera a jugar a Uruguay, lo primero que me dijo fue: "Por fin alguien que se anima a llamarme".
Me parece increíble que nadie del medio nunca haya llamado a Andrés para ofrecerle jugar. Si bien Andrés es profesional, sabe lo que es un club de Uruguay. Si Andrés es así, ¿qué pensás que pide Martín? Yo creo que si existe motivación, jugarán. Si no, no lo harán. Este torneo es una motivación.
No mastico vidrio. Andrés, Álvaro y Martín saben que pueden estar representados conmigo en la FUA y la situación cuadró. Saben, también, que yo no me caso con nadie. Mis ideas son mis ideas, y si puedo hacer hago por ellos, lo haré. Si no, no. Y puedo articular su relación con Bernardo, con el que también tengo mis discrepancias.
Honestamente, soy federacionista. Creo en la FUA y su asamblea como medio para hacer las cosas. Creo, también, ser uno de los pocos del medio que sabe cómo se manejan todas las cosas vinculadas al ajedrez.
Todavía me quedan ganas de moverme y, siempre, para ayudar a todas las partes. Somos muy pocos y aún hay mucho para hacer con los chicos y con los jugadores de hoy.
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