El árbitro internacional Ruben Hipogrosso es el rating officer de Uruguay, una posición desde la que funciona como nexo entre la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA) y la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en relación a temas vinculados con el Elo internacional. En conversación con La Proa (la entrevista fue realizada a través de correos electrónicos), Hipogrosso opinó que en Uruguay "es hora de cursos y evaluaciones rigurosas" para árbitros si el país pretende "elevar el nivel". No obstante esto, considera que "el arbitraje en Uruguay se ha desarrollado muchísimo en los últimos 10 años", y destacó varios aspectos relacionados a políticas arbitrales en las presidencias de Enrique Celi primero, Carlos Milans después y Bernardo Roselli en la actualidad.
Con las respuestas de Hipogrosso inauguramos una nueva sección en el sitio de La Proa: entrevistas. Pueden consultarla en la parte de arriba del sitio, a la derecha.
AI Ruben Hipogrosso, durante la inauguración del Sudamericano Juvenil 2014, en Montevideo. |
El rating officer es aquella persona que actúa de nexo administrativo entre su federación y la FIDE, básicamente en aquellos temas que tienen que ver con el rating internacional.
¿En qué consisten sus tareas más habituales?
Las más frecuentes son: la inscripción previa de los torneos que van a ser evaluados por FIDE y el envío a dicho organismo de los informes de cada uno de esos torneos cuando han finalizado.
Pero también se suben al servidor de FIDE (el FIDE Rating Server, o FRS) los PGN de los torneos, fotos de los jugadores y se envían y/o modifican datos de los ajedrecistas.
Otra función muy importante consiste en gestionar el ID FIDE (número de identificación) de cada jugador.
El rating officer es, junto con las autoridades de la federación correspondiente, quien convalida con su firma el envío de las normas obtenidas por los jugadores y/o árbitros en los distintos torneos.
¿Cómo ha sido tu experiencia como rating officer de Uruguay?
Mi experiencia como rating officer ha sido enriquecedora. He tenido que aprender el funcionamiento del servidor de FIDE un poco a ciegas, ya que el mismo no posee ningún tipo de ayuda y, si bien es bastante intuitivo, ofrece varias dificultades.
También he tenido que aprender cómo funciona el sistema administrativo de valoración de rating. Hacerlo responsablemente lleva su tiempo, aunque Uruguay no tiene una gran número de jugadores. Me imagino que en países con muchos más ajedrecistas debe requerir mucha dedicación.
¿Desde cuándo ocupás ese cargo en Uruguay?
Desde diciembre de 2011.
¿De qué manera fuiste designado?
El antiguo rating officer de la FUA era nuestro querido Horacio Arévalo. Cuando él cayó enfermo, Bernardo [Roselli, presidente de la FUA] me pidió si yo podía hacer esa tarea. Por supuesto, accedí.
También acordamos con él que sería bueno que otra persona conociera el funcionamiento del FRS para que, en caso de que yo no pudiera seguir, se evitara lo que me pasó a mí en el primer momento, cuando me encontré con una tarea totalmente desconocida y sin ayuda.
Coincidimos en que esa persona fuera Javier Gilmet. Así que hablé con Javier para que él también pudiera conocer el funcionamiento del sistema y eventualmente pudiera suplirme o compartiera las tareas.
Desde ese momento hemos compartido muchas veces la función de rating officer, aunque oficialmente yo soy el responsable ante la FIDE.
¿Considerás que es importante que haya un rating officer en nuestro país?
AI Ruben Hipogrosso y AI Javier Gilmet, durante el Sudamericano Juvenil 2014, en Montevideo. |
Debe haberlo, ya que alguien debe encargarse de las tareas que mencioné mas arriba, así que yo diría que es imprescindible. Hasta donde yo sé, cada país tiene uno.
¿Tenés una remuneración por ese trabajo o es voluntario?
No tengo remuneración. Es un trabajo que hago voluntariamente y en forma honoraria.
¿Cómo describirías el presente del arbitraje de ajedrez en Uruguay (tanto desde la parte de los árbitros en sí como de la FUA y de los clubes)?
Yo considero que el arbitraje en Uruguay se ha desarrollado muchísimo en los últimos 10 años.
Por aquella época, las autoridades de la FUA, con Enrique Celi como presidente, llevaron a cabo una política de promoción arbitral que, a pesar de que me abarcan las generales de la ley, creo que dio buenos frutos.
Se hizo un curso de árbitro nacional a cargo de Jorge Figueredo, del cual egresé junto a varios de los que hoy estamos arbitrando, como Ruben Delbono, Jorge Bermúdez y José Riverol.
Se consiguieron oportunidades para que Horacio Arévalo primero y luego yo pudiéramos trabajar en torneos en otros países y así consiguiéramos normas de títulos internacionales.
Esa política de promoción arbitral continuó con la presidencia de Carlos Milans con los mismos criterios y gracias a ella, por ejemplo, junto con Jorge Bermúdez pudimos acceder a un curso de arbitraje en Buenos Aires.
Concomitantemente empezaron a desarrollarse en Uruguay torneos internacionales importantes, como los Sudamericanos Sub-20 Absoluto y Femenino y luego los Panamericanos Sub-20 Absoluto y Femenino, lo cual permitió que los árbitros uruguayos actuaran en esos torneos. En esas oportunidades, Héctor Silva Nazzari fue el árbitro principal.
Más cerca en el tiempo, y bajo la presidencia de Bernardo Roselli, siguieron los torneos internacionales importantes en nuestro país. La Copa Latina y el Panamericano Femenino fueron dirigidos por Héctor Silva Nazzari, el Panamericano Amateur por Javier Gilmet y yo actué como árbitro principal en el Zonal 2.5 Absoluto y Femenino y en el reciente Festival Sudamericano de la Juventud.
Esta política de promoción arbitral tuvo su punto más alto en el año 2012 cuando Uruguay, por primera vez en su historia, tuvo un árbitro en una Olimpíada. Ese honor le correspondía merecidamente a quien fuera uno de nuestros mejores árbitros, Horacio Arévalo, pero por las razones que todos conocemos yo terminé supliéndole en Estambul.
Todos estos importantísimos torneos fueron dirigidos por árbitros uruguayos y todos se desarrollaron técnicamente de la mejor manera. Esto demuestra, a mi juicio, que el arbitraje en Uruguay tiene un muy buen nivel y ha ganado un lugar en el continente.
Si miramos 10 años para atrás Uruguay solo tenía dos árbitros internacionales: Héctor Silva Nazzari y Pedro Lamas. Hoy, además de ellos, también poseemos ese título Javier Gilmet y yo. Pero muy pronto se agregarán Jorge Bermúdez, Sabrina de San Vicente y, probablemente, José Riverol.
Creo que si todos esos árbitros han podido actuar satisfactoriamente en las competiciones internacionales, no deberían tener problemas cuando actúan en los clubes.
¿Cuáles considerás que son los desafíos del arbitraje en Uruguay?
Creo que los árbitros debemos actualizarnos en forma continua e intercambiar opiniones regularmente.
Hace un tiempo estoy con la idea de crear una Seccional de Arbitraje de la FUA para reunirnos regularmente con esos fines. Ya hay varios árbitros que están entusiasmados con la idea.
También debemos prepararnos en todo lo que supone titulación internacional. Uruguay no ha tenido en su historia muchos torneos que otorguen títulos y/o normas y ese es un tema complejo.
A mi juicio, la FUA debería seguir con la política de promoción arbitral, tratando de que árbitros uruguayos estén presentes en los torneos importantes internacionales. También debería aspirar a tener por lo menos un AI categoría "A". Debe tender a la jerarquización de la función arbitral en todos sus aspectos, como se hace en otros países, y tratar de crear condiciones que hagan atrayente la función arbitral.
Con respecto a los clubes, creo que cada uno debería tener un árbitro titulado, por lo menos.
¿Hay suficientes árbitros en nuestro país para cubrir la demanda? ¿Hay demasiados?
Uruguay es paradójico en ese sentido. Si consultamos el listado de árbitros, hay una buena cantidad, pero muchos están inactivos. O sea que en realidad no somos tantos los que arbitramos.
Además, teniendo en cuenta que ese no es nuestro medio de vida y, por lo tanto, todos tenemos otras actividades, a veces nos es difícil cumplir con el calendario de la FUA y de los clubes. Esto sería más fácil con un mayor número de árbitros activos.
Tampoco tenemos árbitros jóvenes. Creo que, por lo tanto, es imperiosa la necesidad de un curso de árbitro nacional para renovar el plantel.
¿Qué opinás de los cursos de árbitros de ajedrez que se impartían en Uruguay?
El último curso para árbitro nacional se dio en el 2004, como dije antes. Luego solo hubo cursillos de árbitros regionales de pocas horas de duración y, por lo tanto, deberían ser considerados solo como un primer paso.
Creo que si pretendemos elevar el nivel, es hora de cursos y evaluaciones rigurosas. También son fundamentales las actualizaciones, como se hace habitualmente en cualquier otra disciplina técnica.
¿Uruguay tiene buenos árbitros de ajedrez? ¿Y América Latina?
Ya he dicho que me abarcan las generales de la ley, pero aún así trataré de ser objetivo dando algunos ejemplos.
Uruguay ha sido sede de torneos internacionales muy importantes últimamente. Esos torneos fueron dirigidos por árbitros uruguayos, y FIDE sigue adjudicando torneos importantes a Uruguay.
Cuando fuimos con Bermúdez a Buenos Aires le presenté a un árbitro internacional cordobés con quien yo había trabajado en un Panamericano y en un Sudamericano, y que además conocía bien a Horacio Arévalo. Cuando Bermúdez lo saludó, el árbitro cordobés le dijo: "Espero que no me defraudes. Todos los árbitros uruguayos que conozco son buenos".
Luego de la Olimpíada de Estambul, mi árbitro jefe me envió una carta de recomendación para presentarla para que me citaran a próximas Olimpíadas.
Como si esto fuera poco, cabe agregar que Uruguay tiene dos árbitros internacionales categoría "b" (hay sólo 85 en todo el mundo): Héctor Silva Nazzari y quien escribe, y uno categoría "c", que es Javier Gilmet. La categoría más alta es la "a", de la cual solo hay tres árbitros en toda América. Que cada uno saque sus conclusiones sobre el nivel arbitral uruguayo.
Yo creo que tenemos mucho que aprender. Nos falta mucha experiencia internacional pero creo que podemos esperar tranquilos el Continental del próximo año y el Panamericano de la Juventud del 2016, ya adjudicados a Uruguay.
América Latina tiene árbitros muy buenos, de los tres AI categoría "A" de toda América dos son latinos: Jorge Vega Fernández, cubano de nacimiento pero ahora en la Federación de Guatemala, y Antonio Bento, de Brasil.
Pero también están Serafín Chuit, de Cuba, Carlos Calleros, un uruguayo que vive en Brasil, Pablyto Ribeiro y Elcio Mourao, de Brasil, Erik Hernández, de El Salvador, Tizoc Haro, de México, y Héctor Mejía, de Honduras, por citar algunos con los cuales he trabajado.
Un párrafo aparte merece la escuela argentina, con árbitros como Marcelo Hermida y Nicolás Ruiz Peyré, de quienes he recogido muchas enseñanzas. También hay que mencionar a los muy calificados AI que vinieron al reciente Sudamericano: Leandro Plotinsky, Blas Pingas y Ruben Mashal. Aún así creo que Europa, aunque cada vez menos, mantiene todavía la supremacía en el nivel arbitral.
¿Por qué te convertiste en árbitro y por qué seguís ejerciendo como tal?
Esta debe de ser la pregunta más difícil de responder. No lo sé, realmente. Al principio por pura curiosidad. Pero probablemente sea porque tengo un perfil obsesivo y controlador, como dice mi hija, que es psicóloga.
Si tuvieras que mencionar un árbitro que admires o hayas admirado, ¿quién sería y por qué?
Con el mayor de los respetos a todos los árbitros que conozco, yo mencionaría a Nicolás Ruiz Peyré, un árbitro mendocino que dirigió el Sudamericano de Paraná en el 2006.
Él era muy joven en ese entonces, pero a mi juicio manejó la parte técnica en forma excelente. Aprendí muchísimo de él y lo recuerdo con mucho respeto. Creo que todavía es AF, lo que demuestra que la titulación es relativa. Pero, honestamente, yo digo siempre que todos tenemos algo para enseñar y algo para aprender, así que de todos he recogido alguna cosa.
Recientemente actuaste de árbitro principal en el XI Festival Sudamericano de Ajedrez de la Juventud, disputado en Montevideo. ¿Cómo fue esa experiencia?
Era la primera vez que ese torneo venía a Uruguay y la FUA me distinguió con el honor de dirigirlo.
Era, además, la primera vez que iba a dirigir a un equipo arbitral internacional, así que era todo un desafío personal.
Fue una experiencia inolvidable. Formamos un equipo arbitral muy bueno con árbitros excelentes de Argentina, como los AI que mencioné antes, los AN Nahuel Díaz y Mauro Di Franco y la AF Adriana Lot, de Brasil, y con un gran compromiso y actitud por parte de los uruguayos: Ruben Delbono, Carla Aguilar, Aram Chamlián, José Riverol, Gonzalo Lagomarsino, Jorge Bermúdez, Guillermo Carvalho, Roberto Osores, José Luis Pérez y dos puntales fenomenales como Javier Gilmet y Sabrina De San Vicente.
Un torneo tan difícil como lindo de arbitrar, con una enorme presión, mucho estrés, agotador, pero a mi juicio "supimos cumplir".
¿Qué torneo internacional de ajedrez te gustaría arbitrar?
Siempre digo que el torneo más lindo es el que está todavía por venir. Indudablemente todos soñamos con arbitrar a los "grandes". En ese sentido, la Olimpíada, el Zonal o el Continental son grandes atractivos.
Pero no puedo negar que los torneos internacionales de categorías como el reciente Sudamericano y el próximo Panamericano son realmente verdaderos desafíos arbitrales, muy difíciles pero al mismo tiempo realmente disfrutables. Un Mundial de la Juventud debe de ser realmente fascinante.
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