Fotografías del Clasificatorio estudiantil

Antes de que empezara la primera ronda, el árbitro Hipogrosso dedicó a todos los jugadores y los padres y acompañantes que miraban desde la puerta de la sala de juego una explicación de quince minutos sobre los aspectos más relevantes del reglamento del torneo. Entre otras cosas, advirtió que si un jugador se olvidaba de apretar su reloj, nadie podía prevenirlo, ni siquiera los propios árbitros. Terminó de decirlo, y uno de los jugadores ya planteaba su inquietud:

-¿Y yo no le puedo avisar a mi rival?

El árbitro le dijo que sí, y que en ese caso estaría actuando muy noblemente.

Unos minutos después, una joven venida desde Artigas el día anterior preguntó si se podía quedar en la sala mientras los demás jugaban, porque había quedado libre para la primera ronda. El motivo por el que quería quedarse era para aprender a anotar las partidas.

Pero no fue eso lo único que terminó aprendiendo, porque un par de rondas más tarde, la varias veces campeona nacional Gabriela Lima le enseñó a ella y a tres chicas más a evitar el "mate pastor", que se había presentado en una de las partidas y ellas no lo conocían.

Gabriela Lima y Verónica De León terminaron ubicadas en las dos primeras posiciones del torneo femenino, con Verónica como campeona por sistemas de desempate

La representante del Ministerio de Turismo y Deportes llama a los jugadores y jugadoras junto a una mamá acompañante

Sala de ajedrez del Club Español

Roberto Osores, uno de los dos árbitros del torneo

Demostrando profesionalismo, este jugador copia su partida luego de terminado el encuentro

Fiorella Predebon, de Artigas, juega al ajedrez en su liceo con dos compañeros más. En la primera ronda del Clasificatorio quedó libre y aprovechó para observar con mucha atención el desarrollo de esta partida para aprender cómo se anota