La gran fiesta de los chiquitos (III).- el mediojuego.-

"Las blancas pueden mover, buena partida" ...y la fiesta empezaba a tener todo su color en la cancha de los tableros.

Los niños nos dieron una verdadera demostración de comportamiento, haciendo valer en el juego todo lo aprendido clase tras clase con sus profesores los cuales se nota le han inculcado, no solo  los movimientos ajedrecisticos relevantes para una buena partida sino también los valores que hacen que toda partida se  transforme en una fiesta.

Y allí están ellos, con los globos sobre sus cabezas, con las mesas enmanteladas para la ocasión, con varios árbitros que daban completa seguridad que todo se desarrollaría en perfectas condiciones y con la atenta miradas de padres, hermanos, primos, amigos y abuelos, que veían transformarse a esos pequeños en verdaderos ajedrecistas de competencia.

La bandera uruguaya con el barquito en su centro, símbolo que identifica a esta institución mira desde el fondo el devenir de los acontecimientos y si pudiera hablar diría con voz temblorosa por la emoción cuan feliz se siente de ver a tantos apasionarse por este milenario y tan actual juego.

Secaría alguna lágrima que rodara por sus mejillas y diría al igual que nosotros, GRACIAS, por sumarse, por estar, por ser como son, por contagiarse y dejarse contagiar, por llenar nuestro futuro de esperanza de verlos crecer trabajando sus cabecitas, haciéndolas pensar, fuera del letargo, de la apatía o del abandono.

Hace unos cuantos años, más precisamente 6, cuando se nos ocurrió comenzar con estos torneos homenajes a los campeones de su categoría, soñamos muchas cosas, una de ellas era que pudiera ser un camino que otros siguieran, así estos pequeños reyes tuvieran en varias instancias la posibilidad de recibir un cálido aplauso por ser nada menos que los mejores del país.

Aún eso está pendiente, pero ya se escuchan  comentarios de otros que quieren emular este evento y al que nosotros apoyaríamos con todo nuestro calor sin ningún tipo de duda.

Otra cosa que ha pasado en este tiempo, es un crecimiento sostenido y permanente.

Aquella primera vez, poco más de 20 "enanitos ajedrecistas"participaron de la primera edición y en aquel entonces nos pareció un número impresionante.

Como dejar de sentir orgullo hoy, cuando aquella cifra inicial que nos dejaba contentos, se ha duplicado, al extremo que ahora el inconveniente a solucionar es el conseguir el espacio adecuado para que esto siga siendo una fiesta para todos, jugadores y acompañantes.

Para participar de adentro y de afuera siendo siempre una jornada inolvidable.

La comodidad para quienes mueven las piezas, como para quienes son el sostén de esta actividad como son los padres, ya que sin ellos nada de esto sería posible.

Estas tardes maravillosas, recargan nuestras energías para seguir disfrutando el presente y soñando el mañana, convencidos que si el presente es fabuloso, el mañana aún será mejor.