Gabrielito Kimelman tuvo a toda la afición ajedrecistica uruguaya con el corazón en la boca hasta el final mismo del torneo, cuando dependía de su partida para coronarse como el mejor de sudamérica en la categoría sub-10.
Ese último punto que de conseguirlo lo iba a situar en la cumbre del continente, se escapó cual la arena se escapa entre las manos.
Ese último punto que de conseguirlo lo iba a situar en la cumbre del continente, se escapó cual la arena se escapa entre las manos.
La evaluación de la campaña del simpatiquísimo Gabriel, a quien hemos dado en llamar "el demonio doloreño", es por demás brillante.
Compitió ante niños que cuentan con una preparación realmente muy importante, con entrenadores que viajaron con ellos al torneo continental, terminó el evento en el puesto 5º, pero a sólo media unidad del campeón y en el segundo escalón de las posiciones (3 con 6.5, luego los escoltas con 6), y como un dato extra, es la primera vez que juega en esta categoría, no olvidar que el año pasado fue medalla de bronce en categoría sub-8, lo que lleva a pensar que tiene un tiempo más de aprendizaje por delante para el año próximo volver a disputar este mismo torneo.
Sin dudas realmente espectacular el camino seguido por el orientalito doloreño, basado en los pilares que se sustentan este tipo de resultados, talento para el juego, disposición para el estudio y apoyo de la familia en esta actividad tan poco convencional para la generalidad de los niños uruguayos.
Para los quieran visitar la página oficial del torneo pulsen aquí.
Compitió ante niños que cuentan con una preparación realmente muy importante, con entrenadores que viajaron con ellos al torneo continental, terminó el evento en el puesto 5º, pero a sólo media unidad del campeón y en el segundo escalón de las posiciones (3 con 6.5, luego los escoltas con 6), y como un dato extra, es la primera vez que juega en esta categoría, no olvidar que el año pasado fue medalla de bronce en categoría sub-8, lo que lleva a pensar que tiene un tiempo más de aprendizaje por delante para el año próximo volver a disputar este mismo torneo.
Sin dudas realmente espectacular el camino seguido por el orientalito doloreño, basado en los pilares que se sustentan este tipo de resultados, talento para el juego, disposición para el estudio y apoyo de la familia en esta actividad tan poco convencional para la generalidad de los niños uruguayos.
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