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lunes, 13 de octubre de 2025

Que sea el inicio de un largo camino...

 Este universo nuestro, no compuesto por 9 planetas sino por 64 casillas, tiene dentro de si, las 16 piezas que forman cada bando y que sin herir a nadie, llevan adelante una batalla que provoca el desgaste de muchisima energía.

Pero quienes mueven esas piezas, o mejor dicho quienes conviven como seres vivientes con ese fascinante mundo se podrían dividir en 4 categorías.

Los clubes y sus emblemas


Están como en todos los deportes, aquellos que solo quieren llegar y jugar. Les encanta ver el salón ordenado, los tableros en su lugar, las planillas a su lado, el reloj pronto para empezar a desandar el tiempo y la silla esperandolos para acomodarse en ella.

También existen aquellos notorios conversadores que cuentan tantas cosas que palpitan dentro de este  universo..... como le fue a Faustino en el "Prodigios y Leyendas"  saben cuantos escalones le faltan para que llegue a Gran Maestro, o pronostican la incertidumbre si Kulik y Martello podrán ir a Ecuador al Sub-20 porque el estado de emergencia del país hermano llena la calle de violencia o quienes cuentan que la Liga Nacional es el mejor torneo creado en nuestro país en los últimos años. Conversan y conversan.

Suelen verse también aquellos que son una fuente de ideas innovadoras, que vaticinan, cambiarían y mucho la realidad de nuestro ajedrez y también están aquellos peones gigantes que dicen siempre "si" para cuando se los precisa, sea lo que fuera,  para mover una mesa, para colocar un cartel, hacer tortas fritas o vender café.

Hay y varios de cada característica, es solo saber mirar, pararse a un costado del camino y observar, sin dudas quien afine la vista los encontrará y con creces. Todos son importantes, para que este mundo que nos fascina tenga el encanto que tiene.


Hay que celebrar cuando aparecen también aquellos que tienen la idea (tantas veces llamado sueño), y que le ponen el cuerpo para materializarla. 

Y además le suman su corazón, ese que al empezar cada día late con fuerza viendo que ese sueño loco se comienza a materializar en pequeñas cosas, y pasa a ser un motivo precioso para saltar de la cama y poner nuevamente el cuerpo para seguir empujándolo hacia adelante.

Esas personas que aúnan esas condiciones son los que hacen falta, son los que cambian realidades, los que logran lo "imposible", en definitiva, los que materializan los sueños.

El sábado hubo un cumpleaños.

El sabado hubo un festejo.

El sábado un grupo precioso de gente que abraza con amor un proyecto a seguir, tuvo su momento de celebración.

El sábado, muchos vieron como salen las cosas cuando el foco se pone en el otro.

El sábado la más linda energía vibró en el Club Las Acacias.



Hace un año comenzaba a caminar el sueño loco de enseñar ajedrez a gurises del barrio Capra.

Donde fuera, como fuera. Cambiando de lugar, consiguiendo otro techo, pero los gurises del barrio iban a tener su tablero cerca. Y algo más también.

Y el grupo nació y creció.

Creció y se hizo conocer.

Se hicieron conocer y empezar a ganar.

Empezaron a ganar partidas, campeonatos y amigos.

Hoy, un año después, ya sabemos todos quienes son, como trabajan, y como caminan.

Sebastián Cartagena, su gran motor, es una de esas personas que son difíciles de encontrar, esos "bichos raros" que aparecen muy de tanto en tanto.

Porque no solo piensa, planifica, sueña, trabaja, y le pone amor a lo que hace, sino que contagia, salpica entusiasmo. La realidad de hoy es que un grupo entero, mete para adelante para seguir  haciendo crecer este hermoso proyecto, con entusiasmo con alegría, con desprendimiento.

La barra del Capra es fantástica, y nos enseñan a todos que cuando  hay un idea preciosa para llevar adelante, si el corazón se apodera de ella, el universo escucha, se pone de rodillas y obedece, y lo que en algún momento parecía imposible se torna real.

Cuando ves a un hombre quebrarse de la tanta alegria contenida, cuando una lágrima retenida a la fuerza rueda por la mejilla, cuando vez que sus ojos nublados sienten emoción de "ver" mucho más de lo imaginado, es cuando uno entiende que esto no se formó solo trabajando, hay mucho amor detrás.

Desde este barquito que partió de algún puerto lejano hace ya casi 21 años, les damos las gracias.

Gracias por existir, por ser parte, por cambiar realidades, por soñar y por hacer.



Hoy dejamos los remos nuestros, y nos ponemos de pie para aplaudirlos muy fuerte,  y para tenderles la mano, para ser hermanos en este viaje, y acompañarlos y apoyarlos en todo lo que desde acá podamos serles util.

Por más y más Capra.

Salud!




Más detalles del evento pulsando aquí.

Fotos de ese día precioso pulsando acá.


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