El tema está instalado desde hace días en el ambiente del ajedrez nacional y sentimos que como club debemos dejar constancia de nuestra proceder y cual fue nuestra postura, de forma pública.
Hace unas semanas atrás se supo las conformaciones de los equipos olímpicos nacionales, tanto en su faz absoluta como femenina.
La integración del equipo femenino contaba con tres integrantes que habían ganado su lugar de forma totalmente clara, pero nos quedaban dudas de cuales habían sido los criterios de selección para las dos restantes.
Una jugadora de nuestro club se sentía desplazada de un lugar que podía haber sido de ella, y ante eso realizamos el pedido de aclaración ante nuestro órgano rector.
Con carta fechada el día 5 de julio se pidió saber cuales eran las causas que fundamentaran esas designaciones.
El mismo día, desde el correo de la federación, con firma del presidente, nos hicieron saber que ante la necesidad de conformar el equipo olímpico y la falta de dos jugadoras para completar el mismo, se pidió ser asesorados por un consejo de expertos, quienes fueron los que dieron esos nombres.
Seguidamente respondimos esa carta, diciendo que nuestra pregunta estaba sin responder, la consulta era "cuáles eran las causas que ameritaban esas designaciones" y no "el proceso que llevó a las mismas".
Al día siguiente recibimos un nuevo correo, firmada como Consejo Directivo en el cual nos dicen que la respuesta a nuestra consulta fue hecha "de forma clara y precisa" en el correo anterior y que ya no tenían más nada que aportar sobre el tema.
Si algo ha pretendido este club desde su mismo origen es aportar para el ajedrez nacional, sumar en todo lo que fuera preciso, en todos los ámbitos que nos fuera posible.
El actual presidente de la Federación Carlos Milans, mencionó varias veces, previo al acto eleccionario que él, apostaba por la transparencia y con ella como norte, encaminaría su gestión.
Dejar sin respuesta una consulta de un club ante una designación, no parece ser el mejor camino hacia ella.
Desde este club, y en los correos intercambiados no cuestionamos la decisión, simplemente preguntamos los argumentos que la fundamentaban.
Si la decisión no fue del Consejo Directivo de forma directa, y lo delegaron a un "consejo de expertos", cuales eran los argumentos en que estos fundamentaban su posición era nuestra interrogante.
Simplemente eso.
Luego de saberlo, podíamos poner en la balanza si había algo de justicia o de falta de ella en esa conformación.
Queremos dejar constancia y de la forma más clara posible que en ningún momento y desde este club, existe algún tipo de problemas con las jugadoras seleccionadas para esos puestos.
Tanto Lucía Malán como Pilar Silvera, son dos gurisas a las que desde este club se las quiere mucho.
Lucía ha venido a torneos organizados por nosotros y es muy querida desde aquí y Pilar se la ve siempre en todo momento en una preciosa actitud de seriedad frente al tablero cada vez que se presenta a un torneo.
Muy lejos de nuestro sentir, es querer perjudicar a ninguna de las dos en su carrera ajedrecistica, lo único que pretendíamos era el saber porqué.
Porque así como reconocemos la valía de Lucía y de Pilar, y las queremos por lo que son como personas, también sabemos de la valía de nuestra representante Camila Cardozo y de sus valores como persona, quien en esta instancia parece ser desplazada de un lugar que podía haber sido suyo.
Camila luego de conocer que la Federación nos negaba las respuestas a nuestras preguntas, saca una carta pública contando lo sucedido y su parecer ante este hecho.
Como club, respaldamos los dichos de Cardozo, y no tenemos argumentos para decir que está equivocada porque nos quedamos sin saberlos.
Luego de esto la Federación emitió un comunicado, que termina con amenazas pero que continúa sin dar las explicaciones de su accionar.
Estaría bueno, sería sano para todo el ajedrez nacional saber los porqué de la toma de decisiones.
Y después de ahí poder concordar o discrepar como seres humanos racionales, pero sin ocultar absolutamente nada, apostando a esa transparencia que el presidente dijo que sería su norte.
Saber para entender.
Responder sin eludir.
En definitiva, hacerse cargo.