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miércoles, 13 de abril de 2022

La Escuelita de Ajedrez

 La escuelita de ajedrez, es una escuela donde no se enseña ajedrez...por ahora.

La escuelita de ajedrez es una escuela que no cuenta con un tablero gigante en su patio...por ahora.

La escuelita de ajedrez no cuenta entre sus alumnos a ninguno que se destaque sobremanera en el universo de las 64 casillas...por ahora.


Y entonces... ¿a qué se debe ese potente nombre si carece de estos tres elementos que podrían identificarla como tal?...

...El día 9 y 10 de abril se llevó adelante la tercera edición de los torneos sub-1800, junto con la primera edición de un plus-1800, y a un torneo-entrenamiento para chiquitos sub-8 y sub-10.


Pero eso es lo que sale a la luz, en las semanas previas la certeza de conseguir el espacio adecuado para estas actividades estaba llena de incertidumbre.

Y la fecha se acercaba y el lugar aún distaba mucho en concretarse.

Pero en el camino de su búsqueda apareció Stella Demestre y María José Castro, quienes nos abrieron de par en par las puertas de la institución para que hiciéramos de ese centro de estudio un tablero de ajedrez.

Inspectora y directora se pusieron la actividad al hombro y nos brindaron toda la comodidad que la hermosa escuela dispone, desde los salones, perfectos para la actividad ajedrecística, la cantina, súper cómoda para reponer energías con algún sano alimento o repasar tranquilamente las partidas, los juegos infantiles que servían de desahogo tanto para chicos como para grandes, y hasta la preciosa zona verde, con huerta incluida que era una delicia para todo aquel que se acercaba a disfrutar de ese trabajo. 


 

 La escuelita 176 se llenó de tableros, de gente pensando, de gran silencio por horas, y de muchos comentarios de partidas en otros momentos.

Los vecinos pasaban por la puerta, y sus ojos asombrados dudaban lo que veían, decenas jugando ajedrez, y la directora y la inspectora, (conjuntamente con alguna maestra y mamá que se acercó a dar una mano) dando sus horas en el fin de semana para que "su" escuelita se abriera a la comunidad, y se hiciera "uno" con ella.  

Cuando la docencia es sentida, el amor por la causa supera lo racional,  lo que para uno es entrega natural a otros muchos desconcierta.

Gracias María José y Stella por darnos la posibilidad de unir esto que tanto amamos, al universo de pupitres, tizas y pizarrones.

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