-Nunca aprendí a jugar ajedrez.
-¿En serio? A mí me enseñó mi hermano.
-¿Querés que nos sentemos a jugar?
Las conversaciones de las personas que pasan por el lugar donde un montón de anónimos están jugando ajedrez se suceden sin parar, una atrás de la otra y tiene como protagonistas a gente de todas las edades.
Algunos dan un par de vueltas antes de animarse a sentarse en las mesas, otros se limitan a observar con atención las partidas y las caras de concentración y algunos curiosos quieren saber qué es esto, por qué hay personas jugando al ajedrez en la mitad de una muestra artesanal.
Pero lo cierto es que si alguien visitó esta muestra de Trouville en sus últimas cuatro ediciones ya debe de estar familiarizado con la presencia de La Proa en el centro de todo el movimiento.
Sentados
a las mesas vemos a habitués que nos acompañan con frecuencia pero
también a algunos que nos visitan más esproádicamente así como a algunos
que andaban "perdidos" y que de casualidad nos encuentran y se acercan a
la fiesta.
Hasta fin de enero seguiremos estando en Trouville siempre que el estado del tiempo lo permita y esperamos con ansias que nos acompañen cada vez que sientan ganas de hacerlo porque estaremos contentísimos de recibirlos. Y de paso se puede recorrer la muestra, que tiene 44 locales que cubren un amplio espectro de posibilidades.
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