Apenas una semana atrás habíamos terminado los cuartos de final y el miércoles pasado ya estábamos jugando otro torneo, volviendo a encontrarnos, solidificando todo lo construido hasta ahora.
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La foto completa. |
La excusa de esta ocasión era un torneo interno por equipos y todo salió tal como fue planificado, incluso con las pizzas y los refrescos.
Fueron cuatro equipos y veintipico de jugadores los que se animaron a encarar este minitorneo a tres rondas con un ritmo de 10 minutos + 5 segundos por jugada.
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Rube, Miguel, Joaco, Leonel y Germán. |
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Alberto, Diego, Mathías, Liber y Martín. |
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Carlos, Daniel, Pablo, Miguel y José. |
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Ignacio, Alfonso, Marcos, Horacio y Jessica. |
La noche cálida afuera estaba ardiendo adentro, y no porque en la sala de juego hiciera más calor que en la vereda sino porque los tableros estaban largando chispas -amistosas pero chispas al fin.
Tablero a tablero las batallas rápidas se sucedían una tras otra, movimiento tras movimiento, clic del reloj tras clic del reloj, segundo tras segundo en el reloj de las estrellas del cielo.
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Hora de las pizzas! |
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Examinando la clasificación. |
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Albtico y Mathi se preparan. |
Las primeras dos rondas habían terminado y la pizza y las bebidas esperaban sobre la mesa. Faltaba la última ronda pero nadie quería comer pizza sin la adecuada temperatura, así que se anunció oficialmente el intervalo y los gambitos de dama y las sicilianas furiosas se aplicaron a las masas con salsa de tomate y los líquidos refrigerantes del rincón antes desierto y ahora saturado de ajedrecistas ávidos y dispuestos a terminar con todo.
Y al final del banquete llegó la última ronda, que determinaría al
equipo campeón y el cierre de una jornada maravillosa de amistad y
competencia sana.
Hasta el próximo!!
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