Un contratiempo de otros hizo que desviaran su camino.
Fuimos su lugar de destino y al llegar, las puertas se abrieron de par en par.
Hace tiempo se sabía de ésta intención, pero faltaba concretarla.
A veces se planifican con tiempo y luego se caen,
a veces salen de improviso y en horas se hacen realidad.
Un sábado de octubre tuvimos su visita,
los brazos proístas estuvieron como siempre abiertos.
Un apretado abrazo nos unió,
lo mismo que un tablero,
Las distancias marcadas en kilómetros quedarán atrás
y compartimos horas,
momentos de charlas,
de jaques, de risas, de cuentos,
de reflexiones,
de proyectos futuros,
de análisis.
El match tuvo un resultado:
GANAMOS TODOS.
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