Después de cada partida, no importa el resultado; mas allá del estado de ánimo;
ya sea de alegría por haber ganado,
o de tristeza por haber perdido,
los jóvenes Proístas tiene un destino,
encontrarse con los profesores del club
para analizar su partidas.
No es una carga para ellos,
concurren con entusiasmo e
incluso curiosidad
para comprender el desarrollo de la partida,
y detectar errores propios y virtudes ajenas,
Siempre saben
que en algún lugar
no importa donde
habrán tableros esperándolos.
Se forman "tertulias"
donde todos observan,
opinan y hacen aportes.
Se estudian y
analizan las distintas
opciones y las decisiones
tomadas durante la partida
Mirando con atención
el análisis de
las partidas
de los compañeros
podemos aprender siempre.
Los análisis de las partidas
se ponían emocionantes,
era difícil encontrar lugar
para observarlas.
A veces en un tablero
se analizaba
y en el otro
se jugaba un partido
para calmar la ansiedad.
Los tableros de la Proa
no eran exclusivos para
los Proístas
también se sumaron jovenes
de otros clubes,
tanto para participar
en los análisis
como para jugar.
Los dos tableros de
La Proa siempre
estuvieron ocupados.
Miguel,
Liber,
Ruben y
Martín
que fueron los que en esta oportunidad estuvieron analizando y apoyando a los jugadores Proístas.
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