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sábado, 28 de febrero de 2015

Beneficios del Ajedrez en la Educación Inicial



En las escuelas como educación inicial, el ajedrez beneficia el desarrollo de habilidades intelectuales, construye pensamiento crítico y forja valores en los niños.
Es increíble cómo un tablero de sesenta y cuatro casillas puede proporcionar una fascinante sensación de emoción intelectual en sus jugadores, pero además, es asombroso cómo este juego milenario, aplicado desde la educación inicial, puede desplegar un abanico educativo extraordinario fomentando el aprendizaje, el pensamiento crítico, potenciando la inteligencia emocional y la transmisión de valores; y todo a través de la resolución de problemas concretos de ajedrez.
El ajedrez trae pues, consigo, jugadas invisibles que han demostrado cómo con la enseñanza temprana en las escuelas, los niños aprenden la cortesía, acatan normas y turnos, respetan las ideas de los demás, se responsabilizan de sus propios actos, y entienden que toda acción tiene una consecuencia.
En este último aspecto un ejemplo claro desprendido de las normas es el de ‘pieza tocada, pieza jugada’, que los ayuda a pensar antes de actuar. Igualmente les forja disciplina, aprecio por el silencio y el autocontrol.
Lo asombroso es que se puede iniciar la enseñanza del ajedrez con niños de tres años de edad, y aunque es cierto que en tan temprana edad no se pueden explicar los aspectos complejos y estratégicos del juego, sí se pueden dar a conocer las partes del tablero, enseñarles los movimientos de las piezas y realizar ejercicios simples de cálculo, visualización, percepción, atención, análisis y memoria.
Positivamente, además de la dimensión lúdica evidente, el ajedrez es mucho más que un juego o un deporte. Numerosos estudios han demostrado que es también una herramienta poderosa para el pensamiento creativo, porque el jugador de ajedrez después de tener bases sólidas, los conceptos claros y suficiente información acumulada con el entrenamiento, da un paso hacia la originalidad, hacia las novedades y a las fantasías. El proceso de práctica y aprendizaje lo va conduciendo al pensamiento lógico, cada vez más ordenado, y a la obtención de la verdad apoyado de diversas operaciones mentales.
Por estas razones, la Unesco ya recomendó desde 2005 a todos los países miembros que el ajedrez fuera incorporado como materia educativa en la enseñanza primaria y secundaria. Y para la fortuna educativa española, recientemente la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados ha decidió (por unanimidad de los partidos que la componen) proponer que este juego forme parte de la vida escolar de los niños españoles, especialmente entre los seis y los nueve años.
Este hecho es aplaudible porque además se benefician dos aéreas educativas con la pedagogía del ajedrez en las escuelas: las matemáticas y el dominio del lenguaje; coincidente con las asignaturas en las que los alumnos españoles presentan mayores rezagos (según informes de PISA que han evidenciado una calificación de entre 10 y 15 puntos por debajo a la media de la OCDE).
A saber, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés), tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber.
Nota publicada por: Gina Joya enpositivo.com

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