La medianoche había quedado atrás.
El ya clásico "es el amor...." se había escuchado como cada una de las noches de este verano en la feria nocturna de la rambla de pocitos.
La voz que lo entonaba marcaba que la feria ponía nuevamente fin a su jornada de actividad.
Pero esta vez, era algo más que la jornada de un martes 27 de enero.
Era el día y la hora en que esa maravillosa actividad que tiene vida año tras año en esa zona tan hermosa de la ciudad, llegaba a su fin.
"Es el amor..." dice la canción,
como también lo dicen los rostros y las actitudes de todos los artesanos que día tras días levantaban su cortina para compartir sus creaciones.
Hechas con ese sentir supremo, que se nota cuando uno se acerca y toma en sus manos lo que ellos dan vida.
"Es el amor...." entona fuerte el cantor,
y ese mismo amor,
nos hizo acompañar a esta gente maravillosa durante casi 20 días, poniéndolo en cada actividad que realizábamos.
Porque así sentimos latir nuestro corazón desde que llegábamos a las 19 horas,
desde que se ponía la primera mesa,
desde que se colocaban las sillas,
desde que la gente hacía suyas las mesas y los tableros.
Y la satisfacción enorme al verificar noche tras noche,
que todo volvía a colmarse.
que nuevamente el espacio desbordaba de entusiasmo y alegría,
y que el juego volvía a contagiar, a motivar y a sumar gente.
....................
Eran ya más de las 1 de la mañana largas, cuando la última mesa, fue dejada nuevamente en su lugar.
Recostada sobre "su" pared regresaba luego de largas y extensas noches de actividad.
Trouville 2015 había terminado,
los recuerdos ahora harán extensiva esas noches por varias días más.
La satisfacción de haber estado,
de poder sumar una pizca de felicidad en la noche de muchos amigos.
El cansancio nos llegó cuando el flete partió y nos dimos cuenta que todo tiene fin.
La alegría era tan grande, que la sonrisa pintó nuestros rostros,
y cual murguista que se baja del telón, solamente piensa en regresar.
Más que balances preferimos los agradecimentos,
más que evaluar nos gusta decir gracias,
por eso a todos los que nos permitieron las posibilidad de vivir y compartir esta fiesta,
desde los artesanos que nos brindan el espacio y nos dan una mano en todo,
hasta los amigos ajedrecistas que se pusieron la actividad al hombro sumando en lo que fuera necesario,
sin dejar de lado los que estando lejos nos hacían llegar su voz de aliento,
solo nos resta decirles un gigante GRACIAS,
y como sabemos y sentimos muy parecido,
y como ..."amor profundo es lo que siento...."
¡QUE TROUVILLE 2016 NOS VUELVA A REENCONTRAR!
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