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Bernardo Roselli, nuevo vicepresidente de la Fibda

Bernardo Roselli fue nombrado nuevo vicepresidente de la Federación Iberoamericana de Ajedrez (Fibda). Además, se lo designó consejero para América del programa Ajedrez en las Escuelas, de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE).
Bernardo Roselli, en el Sudamericano Juvenil 2014, en Montevideo.
Su cargo en la Fibda será de segundo vicepresidente (hay cuatro), al tiempo que será uno de los tres consejeros del programa Ajedrez en las Escuelas que hay en todo el mundo.

Roselli, actual presidente de la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA), dijo a La Proa que le sorprendió haber sido elegido como vicepresidente pero que “hay un cierto algo de que Uruguay hace las cosas bien” y que considera que se trató de “un reconocimiento para los uruguayos”.

En relación a su trabajo como consejero opinó que “lo primero que hay que hacer es buscar una línea de consenso en toda América” y “establecer seis o siete patrones que se deberían utilizar para enseñar ajedrez en las distintas zonas del continente”.

Pero, a su vez, aclaró que no se puede “llegar a América Central con un librito que dice cómo se tiene que enseñar ajedrez cuando los problemas y las realidades que tienen ellos son otras”.

También adelantó que tiene intenciones de que el Iberoamericano 2017 se dispute en Uruguay de forma de que “cada dos años Uruguay tenga un torneo de nivel para los jugadores de primera línea”.

Esta es la primera parte de la entrevista. En la segunda parte, que publicaremos la semana que viene, Roselli hablará sobre el Festival Sudamericano de la Juventud disputado en Montevideo y la actuación de los equipos olímpicos uruguayos en la pasada Olimpíada de Tromso.

¿Cómo fue el proceso de su candidatura para ser vicepresidente de la Fibda?

En la Fibda hay cuatro vicepresidentes y la idea es que estén distribuidos. Dado que yo tengo muchos años vinculado al ajedrez, la Fibda le ofreció el cargo a Uruguay y recayó sobre mí porque soy el presidente de la FUA.

Hay un cierto algo de que Uruguay hace las cosas bien. Estuve hace poco en España y me encontré con un sinnúmero de personas que conocían y hablaban de Uruguay por la figura de Mujica [presidente de Uruguay]. También por las mordidas de Suárez, pero mucho por Mujica.

Hemos tenido una buena prensa por el lado del oficialismo y de la oposición. Leontxo García también siempre habla bien de Uruguay. Yo creo que mi designación como vicepresidente viene también asociada a eso.

A mí me sorprendió un poco y me pareció un reconocimiento para los uruguayos. Lo tomé como eso. No es un reconocimiento a Bernardo Roselli, es un reconocimiento a Uruguay.

¿Cuál va a ser su rol como vicepresidente de la Fibda?

Los cargos no tienen tanta importancia cuando uno ya estaba interactuando. Por ejemplo, el Iberoamericano que se hizo en Linares antes de las Olimpíadas surgió de una idea que manejamos en febrero acá en Montevideo. La idea es que es ideal para todos los países de América Latina ir a jugar a España antes del viaje a la Olimpíada.

La misma idea la vamos a implementar cuando haya Olimpíadas y cuando no la haya trataremos de traer el Iberoamericano a algún país de América.

Hay algunas ideas de establecer un proyecto para que en 2015 y 2017 este torneo se haga en esta parte del globo terráqueo y tenemos una idea de traerlo a Uruguay en el 2017. A mí me resulta mucho más fácil pedir patrocinios y apoyos como vicepresidente de la Fibda que si no lo fuera. Uruguay se puede beneficiar de eso y está más o menos probada nuestra capacidad organizativa como para que este torneo funcione.

Me parece simpático que cada dos años Uruguay tenga un torneo de nivel para los jugadores de primera línea. Hicimos el Zonal 2013, en 2015 haremos el Continental y está la idea del Iberoamericano en 2017.

Además, acá tenemos a personas vinculadas a Iberoamérica como Enrique Iglesias, y hay una comunidad de España muy fuerte, con unas 60 colectividades. Me parece que Uruguay puede ser un buen lugar para hacer un torneo así.

Cuando lo entrevistamos, Celi habló sobre que la Fibda “se refunda en sus desafíos”. ¿A qué se estaba refiriendo?

Una de las cosas que la Fibda está haciendo es intentar buscar los espacios que no están siendo cubiertos por las demás instituciones vinculadas al ajedrez para tratar de hacer un soporte, no competir con las demás instituciones sino complementarlas. A mí no me interesa superponer ni inventar un torneo más porque hay cosas que no tienen andamiaje.
¿Cuáles son sus planes con respecto a tu otro nuevo cargo, el de consejero del programa de Ajedrez en las Escuelas de la FIDE?

Nosotros siempre fuimos críticos sobre cómo la FIDE estaba trabajando el tema del ajedrez en las escuelas. Siempre se habla más del perfil del ajedrez que del perfil educativo. Discutí con Leontxo García que Kasparov no es un buen nombre para desarrollar el programa de Ajedrez en las Escuelas. Si se llamara Piaget me parecería más interesante, pero Kasparov es una cuestión más competitiva.

Mi tarea en el asunto va a ser titánica. En América ya tuvimos a Uvencio Blanco trabajando con el ajedrez en las escuelas y no nos gustó mucho cómo lo hacía. Él le daba un toque demasiado personalista y a mí me parece que esto no tiene que tener nombre y apellido.

En América vamos a encontrar muchas realidades distintas. Hay 450 millones de personas que hablan español. Buscar un punto común es un tema muy complejo. En Uruguay a veces nos quejamos de la educación porque un techo está despintado, pero hay países con problemas mucho más graves que los nuestros y algunos en los que ni siquiera hay escuelas.

A mí me parece bien que se exija. Siempre hay que buscar lo mejor. Pero nuestros problemas son incomparables con los problemas que hay en varios países de América Central, por ejemplo. Y no puedo llegar a América Central con un librito que dice cómo se tiene que enseñar ajedrez cuando los problemas y las realidades que tienen ellos son otras.

Creo que lo primero que hay que hacer es buscar una línea de consenso en toda América, con técnicos nombrados por cada una de las federaciones.

Yo no voy a escribir sobre ajedrez en las escuelas. Yo soy el político que se va a encargar de aunar todas esas voluntades lograr reunir el material y que se imprima en cada uno de los países que lo precisen.

Queremos establecer un circuito de congresos en América. También establecer seis o siete patrones que se deberían utilizar para enseñar ajedrez en las distintas zonas del continente.

Lo primero que hay que hacer es una aproximación al tema, que, hoy en día, en América no existe, no hay nada estructurado.

Brevemente, ¿cuál es el estado del programa de ajedrez en las escuelas acá en Uruguay?

El ajedrez está presente en 36 escuelas de tiempo completo en todo el país. Cuando arrancamos con el proyecto empezamos en 29 y había 123 escuelas de tiempo completo en el país y hoy son más de 350.

Se puede pensar que no progresamos lo suficiente. Pero también se puede decir que nos mantuvimos, lo que no es poca cosa para este país. Tener un proyecto que haya durado ya cinco años no es un tema menor.

Creo que luego de cinco años de trabajo se logró dar con la idea de qué es lo que queremos lograr con el ajedrez en las escuelas. No hay una búsqueda de sacar un maestro de ajedrez sino de, a través del ajedrez y sus atributos inherentes, ayudar a la formación del niño. Si saben la Defensa Siciliana o no la saben es un tema absolutamente menor. Si logramos una reflexión del niño previo a la toma de decisiones, entonces estamos en camino.

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