Los que faltamos al aplauso en presencia que fue fuerte y debió ser atronador, te aplaudimos desde donde estemos, porque mereces esa reacción simple pero generosa que se transforma en sonido.
Tu vida, tu dedicación, tu sano desinterés, provoca eso, pararse y aplaudirte.
Al ver esta imagen que (honestidad obliga) se la "robamos" a un coterráneo tuyo (gracias Andrés), nos dio ganas de eso, de dejar la silla y pararnos y aplaudirte.
Este homenaje que lleva el nombre de dos potencias, se engrandece al tenerlo en tus manos, otra enorme potencia, y hoy esto es público, pero sin dudas debemos demostrar cada día, en cada momento y siempre que te cruzamos, lo grande que sos, gran jugador, gran entrenador, gran dirigente pero fundamentalmente, un gran tipo.
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