Llegamos al primer descanso.
Luego del 4 a 0 ante el equipo de Estonia, me dispongo a escribir.
Estamos pasando bien, aunque la rutina cansa bastante.
Levantarse a las 9 y poco, desayunar, a las 10 se sabe el rival, preparar la partida, disponerse para ir al almuerzo 12 y 30, salir a las 14 y 30 a jugar, volver como a las 19 o 20, cenar, analizar, ver los rivales y al sobre.
Voy a hablar del equipo absoluto pues he visto todas las partidas.
El equipo está muy bien. Es un buena mezcla de veteranos maestros con jóvenes debutantes.
Se está haciendo buen ajedrez en general y las derrotas han sido por muy poco, con mayores merecimientos.
Igual el sábado ganamos bien ante un débil equipo de Estonia, pero tuvimos algunas imprecisiones. El error más común es la mala administración del tiempo.
El hotel está muy bueno, la comida al quinto día comienza a cansar. Siempre más de lo mismo, el picante no falta nunca.
Rivera trabaja bastante con Nicolás Ulaneo y con Luis Sanguinetti. A veces algo con Martín Crosa, que está con Andrés en la habitación y ven cosas juntos.
Internet colapsa todos los días, pero ahora funciona, pues está todo el mundo en la Bermuda Party, bueno, casi todos. Yo estoy retirado.
Del equipo Femenino puedo decir poco pues no he visto las partidas. Confieso que tampoco he visto las partidas de los super grandes maestros. Esto queda para Montevideo.
Las chicas preparan de mañana con Alejandro Hoffmann y de noche revisan las partidas. Según dicen, se divierten mucho y aprenden con un Gran Maestro.
Creo que la preparación en España nos hizo muy bien a todos, pues se arrancó con mucha fuerza a jugar, con buena preparación mucha energía, mucha concentración.
Me sorprende gratamente en nivel de juego de Martín Crosa, bancando el tablero dos.
Andrés con la solvencia de siempre.
Luis y Nicolás van mejorando su juego ronda a ronda, templándose para jugar con jugadores de mayor Elo.
Cuando termine este torneo van a ser jugadores diferentes a los que salieron de Montevideo.
Ahora nos va bien pero de todos modos esto es un sistema suizo en el que dependemos del milagro de fixture. Además, como se sabe, debemos cerrar bien el torneo, las últimas rondas son las decisivas.
Nos vemos a diario con el Hipo (Ruben Hipogrosso), que le tocó arbitrar a Bulgaria, estando Topalov en el tablero uno. El sábado arbitró a los Turcos, que ganaron 3,5 a 0,5: el famoso árbitro localista.
Alguna noche de estas vino a cenar a nuestro hotel, que está a 600 metros de la sala de juego.
El que nos visitó fue el ajedrecista Juan José Calabria, que se vino como hincha a ver a la Celeste en Estambul. Todo un elogio para nosotros. Ya retornó a Montevideo.
El domingo visitamos la Ciudad de Estambul, aprovechando el día libre.
Mirando las partidas en general observo que cada vez está más competitivo este juego, que hay que estudiar mucho más y hay que ser mucho más metódico para obtener resultados. No hay partida fácil, como sucedía hace 25 años.
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