La fiesta final de La Proa

Más de 100 personas llegaron a La Proa para celebrar un año lleno de emociones, viajes, momentos y alegrías compartidas.


Estábamos apretados en el salón principal, pero no nos importó, porque estaban presentes nuestras semillas de futuro, los niños.






También nuestros tanques de oxígeno permanentes, las madres y los padres: motores imprescindibles e irreemplazables para poder cumplir con nuestros sueños de club de ajedrez.










Fueron varios de los jugadores un poco más adultos que representan a La Proa en otros torneos, sustancia misma del club para poder realizar las actividades que se hacen en el correr del año.


Muchos de los profes que enseñaron ajedrez a más de 40 chiquilines en los sábados de 2010 dijeron presente.


Incluso vinieron amigos de otros clubes y vaya si la pasaron bien.


Todo estaba servido para que la fiesta fuera inolvidable.

Se entregaron decenas de premios a los más chicos y a los más grandes.


Se proyectó un video de varios minutos de duración con fotos de todas las actividades del año, que fue acompañado con palabras filmadas de algunas personas que quieren mucho a este club.

Comimos hamburguesas, helado, tomamos refrescos, hicimos homenajes, aplaudimos a rabiar, soltamos carcajadas, colaboramos con lo que pudimos, correteamos algunos, charlamos otros, jugamos a las cartas y mil cosas más.




Pasamos momentos hermosos que siempre sirven para hacernos a todos un poco más unidos, viéndonos las caras, escuchándonos las voces, recordando felicidades y proyectando alegrías por venir.

Así pasamos en la fiesta de cierre de La Proa. Así de bien. Así de bien acompañados. Así, con tantas ganas de que llegue 2011 y podamos empezar a seguir construyendo juntos -niños, padres, jugadores, profesores, directivos, amigos- el sueño del ajedrez compartido.


Las imágenes