Luego de las dos primeras ediciones en las que los colores aurirrojos de Progreso vistieron el trono en el que se sentaría el rey del torneo, todo hace preveer que en esta edición que hoy finaliza, otra sea la pintura que adorne tan preciado lugar.
Nuestro compañero Rafael Muniz ha conseguido cinco puntos y medio en seis partidas, lo cual lo hace aparecer como un poderoso huracán dispuesto a llevarse todo lo que aparezca a su frente, para querer ser él, quien corte la racha del club de la Teja.
Recordamos que la media unidad cedida por el novel arquitecto, fue en la etapa inaugural de esta fiesta proísta, cuando el sorprendente Carlos Rodríguez Laborde le hacía tablas al maestro nacional. Luego de ahí, cinco victorias consecutivas para hoy mirar la tabla desde lo más alto.
Fabricio Beloso se muestra muy pensativo en su encuentro con Aurelio Durante. A su lado Sanquinetti con la mirada fija en el tablero, en la partida que lo enfrentó a Muniz en la mesa 1.
Muniz a su frente tendrá nada más ni nada menos, como broche de oro del campeonato a Mateo Arcos Facio, otro de los que hasta el final pugnarán por alzarse con la corona y con el premio establecido. Mateito viene a un punto del líder, y pondrá todo de si para demostrar la fuerza de la savia joven del ajedrez nacional.
Guaymirán Opa, un lujo de jugador, y un orgullo tenerlo en el torneo. Los años no pasan para el talento siempre vigente del "joven" proísta. Sus años suman ya 75, pero al igual que el querido poeta, contagian vitalidad y entusiasmo aún hasta el más joven.
Aurelio Durante, quien ahora dueño de un gimnasio se anima en esto de organizar actividades para difundir el 8x8, le pondrá al torneo incertidumbre hasta el final.
Se coloca de forma solitaria a media unidad del puntero y de caer Muniz y él alzarse con la victoria, será el nuevo rey de la tercer dinastía de los abiertos. Para ello tendrá que derrotar nada menos que a Pablo Carbone, que será quien mueva los trebejos negros en la mesa dos frente al cerrense.
Fernando Martínez Fernández fue protagonista de la partida más larga de la noche. Promediaban las cuatro horas de férrea lucha mental, cuando el final muy parejo que disputaba con Opa, empezó a inclinar sus preferencias para el proísta, haciendo que su rey claudicara. (Ampliando la imagen se puede apreciar la posición: alfil y seis peones, caballo y cinco peones, sin dudas un final para jugarlo con suma atención.)
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