Este 2009 nos encuentra, a los que formamos parte de este grupo, con la realización de un sueño anhelado durante mucho tiempo. Quizás éste sea un primer paso, hacia la meta a la que queremos llegar, pero como es el primero, lo celebramos con mucha alegría, porque el darlo y consolidarlo requieren de tanto esfuerzo, tezón y audacia, que bien merecen un festejo.
Nuestro humilde ejemplar "PROAJEDREZ", ya es una realidad, y ahora resta lo más trascente para que esto no quede tan solo como una fresca brisa de verano, y es darle perpetuidad en el tiempo, agudizando la vista y estrechando el ingenio para buscar la manera de encontrar el camino que haga económicamente viable el emprendimiento.
¿Cuál es la meta con este nuevo proyecto?, simplemente difundir un poco más todo lo que el ajedrez hace, y que no se quede únicamente en el espacio cebernético, para que pueda ser accedido por aquellos que no han entrado en la familia trebejista y a través de estas páginas puedan encontrar una motivación para hacerlo. No es un proyecto que busque generar ganancias, su fin es la difusión, más, si la genera, ya está de antemano comprometido su fin, siendo éste por demás solidario.
Una de las secciones que tiene nuestro ejemplar consiste en detallar paso a paso los caminos por los cuales fue transitando nuestra institución, que hace muy pocos días cumplió sus primeros cuatro años de vida federativa, pero aún siendo pocos, pensamos que tiene mucho para contar.
A continuación sus detalles, en lo que viene a ser el primer capítulo de una larga serie:
Fue en enero del 2004.
Quizás la idea, quien es la madre de toda realización surgió unas semanas atrás, cuando el año 2003 estaba exhausto de andar y veía el fin de su vida ya muy próximo.
Eduardo Salchi, profesor de ajedrez, impartía su docencia en varios centros educativos de nuestra capital entre los que se encontraba una institución del barrio: Santa Luisa de Marillac.
Es de ese Colegio que empiezan a surgir niños con gran talento y una pasión desbordante por el ajedrez.
Llegaba fin de año y empieza a trabajar en la cabeza de ese hombre la idea de conseguir un lugar para que los niños practicaran el deporte del intelecto, y poco a poco si la respuesta era positiva, terminar convirtiéndolo en club.
A su lado colaboraba con los pequeños otro amante del 8x8: Miguel Llabrés. Juntos se abocaron de cuerpo y alma a conseguir ese lugar para iniciar esa aventura, sin lugar a dudas loca y audaz de terminar formando un club de ajedrez en el barrio.
Y después de un tiempo de búsqueda se logró dar con lo que sería la primer sede nuestro futuro club.
El lugar llevaba por nombre "Los Galerudos", y era un club de enorme arraigo en la zona en épocas pasadas y que luego de vivir varios años de pronunciado decaimiento, trataba al impulso de un matrimonio con ganas, temple y coraje darle una nueva identidad con el barrio. Ubicado sobre la calle Comercio, en una zona privilegiada, entre las calles Cubo del Sur y Miguel Ángel y a tan solo 2 cuadras de la transitada Avenida Italia.
Y ahí arrancó, fue en ese lugar que empezó a desplegar las alas este sueño esperanzador, para ascender por los aires quien sabe hasta donde. En la organización primaria, también colaboraba con este nóvel emprendimiento, un entusiasta ajedrecista proveniente de la Costa de Oro: Juan Carlos Ferragúz.
El lugar ya existía, las ganas ya estaban desde antes, los jugadores había que empezar a acercarlos, pero la aventura ya empezaba a caminar...
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