Dos semanas atrás, un hotel latinoamericano reunía en su recinto a más de 500 jugadores de ajedrez divididos en 12 categorías. Era Villa Carlos Paz, Córdoba, Argentina, el centro neurálgico en el cual se encontraban las promesas del ajedrez de todo nuestro continente americano.
..............Hotel donde se jugó el Panamericano 2008
El inmenso peregrinaje que llegó a la ciudad cordobesa fue el resultado de la suma de diversas delegaciones representantes de 17 países de América del Sur que se instalaron en unos 20 hoteles en los alrededores del hotel principal donde se realizaba la competición.
.................Este mexicanito posó para todas las fotosEl comienzo del Panamericano se demoró un día y medio por motivo del retraso de algunas delegaciones en el aeropuerto de Ezeiza. Este hecho menor terminó por hacerse mayor, ya que este retraso al que hacemos referencia trastocó de forma significativa el calendario del torneo y obligó a tener que jugar dos rondas por día, desde el martes hasta el sábado. Ustedes podrán encontrar esta información detallada de forma precisa y cronológica en la página amiga de quien fue el responsable ajedrecístico de la delegación,
Julio González Cabillón. Matías Michailov y Matías Laenen analizando junto a Cristhian Oddone
Efectivamente, Julio no sólo cumplió con su rol de entrenador de gran parte de la delegación mediante el análisis y la preparación de las partidas de los jugadores, sino que nos mantuvo actualizados con periodicidad meticulosa y rigurosidad informativa de los resultados de los 20 competidores que nos representaron en las foráneas tierras cordobesas. Lo felicitamos desde aquí calurosamente por su esmero y profesionalidad.
Los muchachos en una de las tantas comidas que compartieron juntos Este torneo de dimensiones monumentales estuvo signado por la presencia multitudinaria de 500 acompañantes que siguieron jornada a jornada el devenir de las rondas con el corazón apretándole las gargantas, jugando sus propias partidas íntimas en tableros tan complejos como los que veían desde afuera. Los fervorosos seguidores debieron hacer lo imposible por mantenerse en pie, no porque la emoción fuese tan intensa que sus miembros languidecían, sino porque las únicas que esperaban los resultados de las partidas sentadas en el lobby del hotel eran las plantas, como decía Álvaro Donatti. Muy escasos eran los lugares que había en ambas salas de juego para darle descanso a semejante cantidad de cuartos traseros que ansiaban un sitio acolchonado y confortable donde encontrar consuelo.
Las plantas, cómodas, observaban el análisis que se daba en el piso
Las expectativas de Julio descansaban en que el promedio de puntos cosechado por los 20 jugadores fuese al menos del 50%, teniendo en cuenta que se trataba del primer Panamericano en el que participaba al frente del programa de tutorías, en el cual las jóvenes promesas del ajedrez nacional reciben asistencia por parte de experimentados jugadores de forma personalizada. El Panamericano sirvió para que los jugadores pudieran ver sobre qué terreno están parados y hacia dónde deben avanzar en vista de las actuaciones generadas. Es un programa a largo plazo del que no pueden esperarse resultados con demasiada prontitud, pero sí un progreso constante en los jugadores.
.........Mateo Arcos en la mesa 1 contra el MF Nicolás MayorgaDurante el torneo se realizaron reuniones técnicas entre todos los integrantes de la delegación, que consistían en la puesta en común de las experiencias acumuladas hasta el momento y la revisión de distintas percepciones, así como la denuncia de actividades de dudosa legitimidad, el intercambio de opiniones y el planteamiento de inquietudes.
.............Algunos miembros de la delegaciónLa siempre cuestionada labor de los árbitros fue correcta y casi sin quejas, más allá de algún reclamo de disconformidad. Entre los árbitros que aseguraron el cumplimiento de las leyes estuvieron los uruguayos Horacio Arévalo (Árbitro Fide) y Rúben Hipogrosso (Árbitro Nacional), el cual nos respondió con gran prontitud y amabilidad cuando se lo solicitamos.
En los minutos previos a cada ronda, las salas de juego ofrecían el espectáculo único de voces que se hacían recomendaciones en portugués, otras que advertían en chileno, algunas que cerraban apuestas con el típico tono porteño, muchas que en peruano se deseaban suerte y bromeaban entre sí, algunas otras que en inglés pensaban no entiendo nada y ciertas voces uruguayas que demostraban el goce de estar participando de tan subyugante competencia. Lo maravilloso era estar escuchando en un solo ámbito unas 10 ó 12 variantes del español que interactuaban y se fundían todas juntas en un único clamor de entusiasmo y desenfreno por la ronda que comenzaría en breves instantes.
Tal explosión de países conviviendo por una semana entera dentro de una burbuja de la que sólo se separaban al término de cada fecha generó, como era de esperarse, varios choques netamente culturales. Sin embargo, la mayoría de éstos fueron de los que arrancan una sonrisa a las partes implicadas.
Así es que el señor Donatti se encontraba muy tranquilo cebándose un mate, el termo apretado por el brazo contra el pecho, tal vez pensando en la difícil posición que tenía su hija en el tablero o en el baño de aguas termales que se daría cuando llegara al paraíso inasible de los dioses, cuando una mexicana se acercó hasta él con cara de extrañeza y preguntó señalando el termo y el mate qué era eso. La muchacha quedó tan convencida con la descripción pormenorizada de cada elemento, tan hipnotizada con la exuberancia gauchesca de chupar un poco 'e agua dulce o amarga como si fuera una infusión proveniente de los más recónditos parajes de la bóveda celeste, que fue decidida hasta el primer puesto de artesanías que encontró, compró sendos termos y mates y se los llevó contenta para su país.
....En estos puestos adquirió su mate la curiosa mexicanaEn una de sus tantas anécdotas, Carla nos cuenta que en los traslados desde el hotel hasta el lugar de juego, veía a colombianos y peruanos cerrar un poco más el cierre de sus camperas o anudar sus bufandas hasta ahorcarse, mientras ella no continuaba sacándose buzos sólo para no herir la sensibilidad de los adultos, pero el calor que sentía era casi sofocante.
La comida fue uno de los puntos calientes de la mixtificación de distintas culturas. Los representantes de países como México, Bolivia, Colombia, mantuvieron constantes y punzantes críticas a la comida que les servían en los hoteles en los que estaban alojados. El rechazo a los hábitos alimenticios criollos fue tal, que se presentaron casos de desórdenes digestivos e intoxicación. Los responsables de algunas delegaciones amenazaron con denunciar los sucesos a salubridad, con el resultado de que los hoteles terminaron por modificar el menú para las bocas que así lo requirieran.
..........................Las calles de la ciudadSin embargo, un grupo de mexicanos que habló con Carla le contó que los problemas acaecidos con la comida no tenían su base en una negligencia higiénica sino en una intolerancia cultural. Los miembros de los países que sostuvieron las críticas no acostumbran a ingerir lo que nosotros comemos acá, así como a nosotros quizás nos costaría digerir las tortillas mexicanas que más que tortillas parecen esponjas hechas con mismísimo fuego del infierno.
A pesar de esto, la relación con las otras delegaciones fue cordial. No se puede decir que los nuestros estaban en constante contacto con colombianos, chilenos o brasileños, antes que nada porque los tiempos para manejarse en un torneo que no daba respiro eran exiguos, pero nunca hubo encontronazos o litigios de ninguna índole.
Los momentos de esparcimiento no faltaron. Consistían en paseos por la paradisíaca Villa Carlos Paz, sus montañas en el horizonte, sus lagos de aguas diáfanas y su aire de capital del ajedrez latinoamericano aunque fuera tan solo por una semana.
Por supuesto que la naturaleza fue varias veces relegada a un segundo plano cuando llegaba la noche y se armaban competencias de tejo en la sala de maquinitas que quedaba a unas tres cuadras del hotel donde se encontraba toda la delegación, a excepción de los jugadores del Banco República, quienes se encontraban instalados a tres cuadras del recinto de juego. Según tenemos entendido, Cristhian Oddone fue uno de los monarcas repetidos, aunque declaraciones de Carla Gainzarain afirman que tal posición de privilegio le fue arrebatada en incontables oportunidades por otros jugadores de tejo.
un placer leerlos y ver las fotos, ojalá en proximas instancias de actividades en lejania se aproveche más éstos medios de comunicacion interactivos, cuál libros de bitacora de viaje al dia... sin que se llegue a ser un "Gran hermano" ¡¡¡porsupuesto!!!
ResponderEliminarhablando con leo vaz me comento lo extenuante que fué jugar dos rondas al día, por causa del retraso por neblinas de algunos jugadores, me dijo que el miércoles de tarde ya estaba muy cansado y yo le pregunté si se podia pedir "bye" y él no supo contestarme... ahora les pregunto a ustedes ¿se podía pedir "bye" para descansar y reponer fuerzas para el resto del torneo?
otra pregunta: ¿cómo fué que los del bco rep. pudieron alojarse cerca de la sala de juegos? ¿los alojamientos eran por sorteo y tubieron suerte?
¡¡¡¡para la proxima les sugiero llevarse unas sillas plegables en el equipaje... yo creo que hasta me llevaria un colchon inflable para hacer una ciestita!!!
gracias carla y gente de la proa por compartirnos la experiencia desde su perspectiva.
Pablo Caravia
YO PREGUNTO LO MISMO DE PABLO PERO DE OTRA FORMA ... ¿POR QUÉ TODA LA DELEGACIÓN URUGUAYA NO ESTUVO EN EL MISMO LUGAR ALOJADA? ¿ A QUÉ SE DEBIO ? ES DECIR TODA JUNTA ...
ResponderEliminarEfectivamente, Pablo, se podía pedir bye.
ResponderEliminarEn cuanto al tema del alojamiento de los integrantes del Club Banco República, cada cual podía alojarse en donde quisiera. Ellos decidieron hacerlo muy cerca del lugar de juego y pagar una suma mayor. Agradecemos tu activa participación en nuestra página.