EN UN HOSPITAL DE REIKIAVIK
A sus 64 años, el excéntrico ajedrecista ha sido ingresado en un hospital de la capital islandesa con problemas físicos y signos de paranoia.
El ocaso se cierne en torno a una de las leyendas más grandes del deporte, el hombre que elevó al ajedrez a la altura de una confrontación más de la guerra fría. Bobby Fischer ha sido traicionado por su propia mente. Según el diario argentino 'Página 12', se encuentra internado con problemas físicos y "signos de paranoia" en el Landspitalia, el hospital de la Universidad de Reikiavik.
El ajedrecista norteamericano, de 64 años, llegó de forma accidentada a la capital de Islandia en 2005. Tras ser detenido en el aeropuerto de Tokio el 13 de julio de 2004, ya que su pasaporte había sido cancelado por el gobierno de los Estados Unidos, las autoridades islandesas aceptaron darle asilo político para que pudiera escapar así de la extradición a su país natal, que le perseguía, entre otras cosas, por participar en 1992 en una partida de exhibición en Yugoslavia, rompiendo el embargo por la guerra de los Balcanes.
Había pasado ocho meses de penurias, detenido en la prisión japonesa de Ushiku. Hasta su rival deportivo más enconado intentó salir en su ayuda. El ruso Boris Spassky, al que Fischer derrotó en lo que se denominó la partida del siglo, celebrada precisamente en Reikiavik en 1972 -en plena guerra fría-, remitió una carta a George Bush en la que pedía el indulto para su viejo amigo. "Bobby es una personalidad trágica. Me di cuenta de ello desde que le conocí. Es honesto, de buena naturaleza y con un alto sentido de la justicia. Pero completamente antisocial. Es alguien que ha hecho prácticamente todo en contra de sí mismo", decía Spassky.
Desde entonces, el mejor ajedrecista de todos los tiempos, permanecía en la capital más septentrional del mundo, acompañado por Miyoto Watai, su novia. Con sus cuentas bloqueadas, vivía de la caridad, recluido en un apartamento cercano a la bahia. El diario argentino visitó su barrio y habló con vecinos del ex campeón mundial y con responsables del hospital en el que está internado. "Un amigo que no quiso revelar su nombre (...) aseguró a este diario que desde hace más de un mes se le efectúan (a Fischer) pruebas sin poder determinar la causa de la enfermedad que mantiene postrado", dice en sus páginas.
"Su novia japonesa, Minoko Watai, lo visita regularmente, según informó otro integrante del círculo personal de Fischer". "Está más que paranoico", dijo al diario uno de los vecinos del barrio que frecuenta a Fischer. "Su enfermedad no es seria, no está en peligro de muerte, aunque continúan haciéndole tests para determinar qué sufre".
"Tiene miedo de todo", agregó una empleada de un hotel de la zona. Desde hace años Fischer sospecha un complot de la CIA, la agencia de espionaje estadounidense, para llevarlo de regreso a Estados Unidos, país que aún mantiene una orden de captura sobre el ajedrecista.
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Es verdaderamenmte triste lo que le pasa a Fischer.
ResponderEliminarPero discrepo con una cosa... con lo de "mejor ajedrecista de todos los tiempos".
Yo tengo mi corazoncito en tal sentido orientado hacia Capablanca.
Pero cómo mis conocimientos no son tan amplios como para que uno pueda confiar ciegamente en ellos -ni siquiera yo mismo- entonces me remito a un estudio que hace uno o dos años se publicó en Chessbase, en el que evaluaron a los diferentes campeones del mundo con referencia a su época. Segú ello habrían obtenido distintas "listas" posibles de mejores jugadores. Y los 3 que encabezaban -según la lista en diverso orden- eran sin embargo siempre los mismos: Capablanca, Kasparov y Kramnik (cito por orden alfabético).
Nada de Fischer.