
Los que amamos este bello juego que es el ajedrez, además de practicarlo siempre tratamos de difundirlo, enseñando toda su magia a todo aquel que se nos acerca.Esta historia, cuenta el momento en que el genial José Raúl Capablanca, tuvo la sorpresa de encontrarse con un ser de otro planeta delante y no se le ocurrió mejor idea que compartir lo que él jugaba con tanto entusiasmo. Aquí están las consecuencias.
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