Ninguno tuvo un fino lienzo a su frente o un pincel de trazo delicado en su mano, nadie llegó con baldes de pintura o cajas con lápices de colores.
No fueron necesarios.
Cuando estos niños entraron al Colegio que por la calle Espinosa les abría las puertas de par en par, y con el corazón palpitando de forma acelerada subieron los 28 escalones que los separaban del enorme salón en el que iban a depositar su talento, sus ojos quedaron redonditos como círculo perfecto al ver con tanto asombro como admiración el salón de actos repleto de tableros que ansiosos esperaban que manitos nerviosas se apoderaran de ellos.
Y así fue como empezó un nuevo día de jornada ajedrecística en el Colegio del barrio Buceo, que obviamente antes que las blancas hicieran su primer movimiento, cientos de padres invadieron el salón para registrar en sus cámaras fotográficas (hoy parte esencial de sus celulares), los minutos que precedían a que sus hijos fueran protagonistas de esta fiesta.
Felipe Loro Piana alumno de la escuela Experimental ganó de punta a punta el torneo derribando sin piedad a los cinco reyes que osaron ponerse a su frente.
El simpático enanito que visita nuestro taller del Misterio con mucha frecuencia, suma a su talento innato, la experiencia que le ha dado participar en tantos eventos desde hace dos años a esta parte, la suma sin duda da consecuencias muy productivas (capacidad+entrenamiento+experiencia).
El segundo lugar quedó ocupado por quien está siendo formado en la novel escuelita de ajedrez formado en el barrio Capra, que después de pocos meses de creada ya empieza a ver como sus semillas empiezan a dar fruto. Gennaro Riera se mandó tremendo torneo y ganó cuatro de las cinco partidas que disputó.
Lucas Wajner y León Nantes quedaron paraditos en el escalón tercero de la clasificación con tres puntos y medio, pero el sistema de desempate dejó ocupar el tercer lugar del podio a Lucas, cabe consignar que fueron tan parejos que entablaron en la partida que los enfrentó y en la única que debieron inclinar su rey fue ante quien se proclamara campeón.
El quinto puesto fue quizás para el más chiquito de la competencia, Rafael Mintz quien tuvo el mejor desempate entre quienes sumaron tres unidades.
Al igual que el demonio de la sub-8, Joaquín Borrelli no quiso ser menos y se quedó con el título de mejor sub-10 ganando todas las partidas que el torneo le hizo jugar. Una preciosa preparación para el nacional de este pequeño gran jugador que ya supo ser campeón uruguayo en la categoría sub-8 y nada menos que dos veces seguidas.
El segundo puesto quedó en manos de alguien que viene con una evolución más que sostenida. Sebastián Paipo, ganó todo y entabló una, lo cual lo transformó en el invicto vice campeón de los sub-10.
Catalina Rodríguez, Ignacio Bertolotti y Lucas Kormes quedaron con cuatro puntos, al igual que Guadalupe Manzur, Lorenzo Presa y Joaquín Inthamoussu, pero el sistema dejó a los tres primeros como tercer, cuarto y quinto lugar. Aplausos para todos por el gran torneo que hicieron.
Y como un "copie y pegue" perfecto, Marcos Gonzáles Prestes emuló a sus más pequeños compañeros y también cerró su actuación con un cinco sobre cinco perfecto. Inobjetable campeón de la categoría.
El segundo escalón quedó compartido por el querido Santi Díaz y el amigo minuano Juan Esquibel, ambos con cuatro unidades. La puntuación de desempates definió al proista como vicecampeón.
Con tres puntos y medio quedaron tres jugadores que se colocaron en la cuarta, quinta y sexta posición, lo que demuestra lo parejo del torneo, ellos fueron: Benjamín Murissich, Joaquín Aharonián y Juan León Quintanilla.
El liceo Santa Elena vio como dos de sus alumnos se quedaran con las dos primeras ubicaciones de la categoría: Andrés Cammarotta el campeón con 4 y medio y Lucio Indart vice con solo media unidad menos.
También en el segundo escalón de la competencia ya que sumó la misma cantidad de puntos que el vice, estuvo Ismael Feria, permanente integrante del taller de Sayago quien viene creciendo sin parar y aún todavía su techo está lejos de ser alcanzado.
Matteo Reyes y Sebastián Figueredo acumularon tres puntos y medio y con ello pusieron sus nombres en el cuarto y quinto lugar de la tabla de posiciones finales.
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El cierre como siempre una fiesta, con los aplausos de cientos de padres que colmaron el salón de actos, con sorteos para los chicos, también para los grandes y el regalo de despedida infaltable y tan esperado: un helado de la heladería El Abuelo para cada uno de los participantes.
Gracias a todos por hacer posible esta mañana de sábado para el mejor recuerdo, mes tras mes nos seguimos regocijando con cada rostro de niño feliz por vivir unas horas pegados a la magia que nace de cada tablero.
¡Hasta la próxima!
* para ver más fotos pulsar aquí.
** el siguiente festival infantil el domingo 27 de julio en el Liceo García Lorca
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