El palmarés de Gaprindashvili es impresionante.Campeona mundial durante 16 años, participó en doce Olimpiadas de Ajedrez, en las que ganó once medallas de oro por equipos y nueve individuales. Nadie podría repetir hoy algo así. En 1978 se adelantó a Susan Polgar y logró el título de gran maestro «masculino», que como sabemos tiene carácter vitalicio.
Para ganar el Mundial tuvo que derrotar a la rusa Elisabeth Bykova, a la que aplastó en 1962, con siete victorias, cuatro tablas y ninguna derrota. Defendió el título con éxito hasta 1978, cuando lo cedió a su compatriota Maia Chiburdanidze, con un marcador mucho más apretado: dos victorias, cuatro derrotas y nueve empates.
Que Georgia sea tierra de grandes jugadoras obedece a una curiosa tradición. Como cuenta Carlos Ilardo en «La Nación», el secreto se remonta a los tiempos de la reina Tamara, que gobernó entre 1184 y 1213 y era una gran aficionada a este juego. La monarca dispuso que toda dote nupcial debía incluir el regalo de un tablero de ajedrez para la mujer, sin sospechar siquiera la cantidad de maestras y grandes maestras que daría su país varios siglos después.
Extraido de: abcblog.abc.es
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