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Leticia Vilariño: 'Dolió estar alejada tanto tiempo'

Leticia Vilariño volvió al ajedrez. Maestra nacional femenina y jugadora del Club Progreso durante varios años, en 2007 había dejado la actividad de competencia para terminar su carrera en la universidad, aunque nunca la docencia en ajedrez.
Leticia Vilariño.
Fue campeona uruguaya femenina en cinco oportunidades (2001, 2002, 2004, 2005 y 2006), campeona de categorías juveniles más veces de las que puede recordar y representó a Uruguay en el Zonal Femenino, Continental Femenino, Panamericanos, Sudamericanos y en torneos escolares en Argentina.

Hoy vuelve "sin presiones" y a "disfrutar del ajedrez". "Siempre quise regresar. Dolió estar alejada tanto tiempo", dijo en esta entrevista con La Proa.

Habló también sobre su paso por Progreso, su eventual reinserción en el ajedrez de competencia y los desafíos de hoy y siempre que tiene el ajedrez femenino.

¿Qué recuerdos tenés de tu paso por el Club Progreso?

Millones. Fue una época maravillosa de mi vida. Aprendí y crecí muchísimo como persona. Más que un club era mi segunda casa, mi hogar, un lugar de encuentro con seres queridos.

En Progreso comencé mis primeros pasos como docente de ajedrez. Enseñar ajedrez y compartir
experiencias con tantos niños y niñas fue muy gratificante para mí.

Sería injusto de mi parte mencionar un solo momento. Fueron todos importantes. Muchas personas
transitaron por mi querido club y dejaron una huella en mí. Ese es mi mayor recuerdo: las personas que conocí y los valores que aprendí.

A fines de 2007 dejaste de competir. ¿Por qué?

Entre otras cosas, necesitaba centrarme en los estudios y terminar mi carrera de Ingeniería en Computación. Me resultaba incompatible seguir jugando de forma competitiva al ajedrez (estudiando y participando de eventos, viajes, etcétera) y estudiar para la facultad a la par.

En estos años que han pasado, ¿has seguido jugando/estudiando/siguiendo el ajedrez nacional e
internacional?

En estos años he jugado al ajedrez por internet (partidas rápidas) y alguna partida con amigos. No he
estudiado ajedrez, más allá de resolver algún que otro problema.

Sin embargo, sí seguía las noticias nacionales e internacionales para mantenerme informada y además tener noticias de muchos de mis afectos, que aún siguen jugando.

¿Por qué decidiste volver al ajedrez?

Por muchas razones, pero básicamente porque siento que ahora sí es el momento a nivel personal.

¿Qué significa ese "volver al ajedrez"?

Significa volver a uno de mis amores, a una actividad que me hacía sentir muy bien. Significa mucho para mí.

¿Por qué decidiste jugar por La Proa?

Porque al no estar más afiliado Progreso y tener ganas de regresar, debía optar por algún club de
Montevideo. Al ser La Proa el club que, considero, reúne ciertas características parecidas a mi viejo club y en el cual se encuentran algunos de mis excompañeros y amigos (Jorge López Falcón, Luis Sanguinetti, Gonzalo Muniz, Ruben Hipogrosso, etcétera), me pareció que era la opción más certera.

¿Cuáles son tus objetivos con el ajedrez a partir de ahora?

Disfrutar, como cuando enseñaba en Progreso. El resto solo el tiempo dirá.

¿Tenés pensado volver a competir?

Sí, claro, próximamente. Pero sin presiones, sin sentirme obligada a rendir. Hace muchos años que no
juego y para jugar de forma competitiva es necesario estudiar. Si bien ahora estoy un poco más libre al recibirme recientemente de Analista en Computación, aún sigo estudiando para lograr ser Ingeniera, y además trabajo, por lo cual los tiempos no son los mismos que antes.

¿Estas últimas Olimpíadas sirvieron de disparador para tu regreso?

El disparador fueron los cambios personales. Siempre quise regresar. Dolió estar alejada tanto tiempo.

¿Te gusta la docencia ajedrecística? ¿Está en tus planes formar nuevas Vilariños a través de las
clases?

Sí, me fascina. Desde el año 2004 a la fecha doy clases de ajedrez en el Colegio San José de la
Providencia.

También estuve por otros colegios y si bien profesionalmente me dedico al área de la
informática, nunca he dejado la docencia porque realmente me hace sentir muy feliz. También confieso que ha sido mi nexo con el ajedrez a través de todos estos años en los que no competí.

Respecto a la formación, lo único que siempre estuvo en mis planes es compartir el amor por el ajedrez con los niños y enseñarles por intermedio de este muchos valores.

Jamás busqué, exigí o los incentivé para que fueran campeones nacionales. Es demasiada presión para un niño, no todos llegan a ser grandes jugadores, se necesitan muchas cualidades. De todos modos, apoyo a aquellos que deseen continuar con el ajedrez de forma más competitiva pues lógicamente forma parte de mi trabajo.

¿Qué puede llegar a ser positivo como herramienta para impulsar el ajedrez femenino en
Uruguay?

No creo que haya una receta mágica. Igualmente se me ocurren algunas pautas para mejorar,
basadas en mi experiencia como jugadora y docente.

Por ejemplo, realizar más competencias femeninas a nivel nacional e internacional para tener mayor competitividad y mostrar que existen otras niñas y/o damas que también juegan al ajedrez y que no es un deporte exclusivamente masculino, como se suele pensar.

Crear cursos, talleres y/o eventos que sirvan para incentivar el estudio del ajedrez a través de entrenadores y personas especializadas y permitir así poder brindar alternativas y formas para progresar en el juego.

Básicamente, me parece que la clave está en acercar no solo el juego de ajedrez, que es la parte más
sencilla, sino más bien en lograr mantener el interés en el mismo a lo largo del tiempo. Para ello se
necesitan establecer políticas a nivel dirigencial que impulsen lo antedicho.

¿Cuáles pueden ser los motivos por los cuales hay tan pocas mujeres jugando?

Uno, desmotivación al ser tan pocas. Salvo en los primeros años, en los que existe mayor cantidad,
también acompañado por el trabajo que se realiza de enseña en las escuelas y colegios del
Uruguay. A medida que pasan los años se suelen ver las mismas caras y rara vez aparecen nuevas
jugadoras.

Dos, pérdida de interés más temprana que los varones. Cuando se llega a la adolescencia, es difícil que continúen jugando. Existen otras prioridades y poco a poco van dejando.

Y tres, no existencia de políticas que tengan como objetivo fomentar el ajedrez femenino, como
mencionaba en la anterior pregunta.

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