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Anécdotas del Preliminar

I) Frente a los pareos y las hojas con las clasificaciones, dos jugadores, jóvenes y con un inmenso porvenir a cuestas, calculaban a todo vapor minutos antes de sentarse en sus mesas frente a sus tableros y sus rivales. "No, te digo que no vas a ganar tanto ELO y, mucho menos, vas a clasificar." "¿Cómo que no?" responde el otro, indignado: "Mirá, vamos a fijarnos bien", propone, sacando de su mochila, para el asombro de todos, una calculadora. Allá estaban los muchachos, quinta o sexta ronda y ya sopesaban sus posibilidades, que fueron, finalmente, ignoradas con majestuosidad.

II) Con tanta gente que participó en este Preliminar, no sólo los 100 y tantos jugadores sino también los árbitros, los de Progreso en la cantina, los acompañantes, las autoridades de la Federación y los espectadores, peinados de todos los colores tapizaban el salón y lo moldeaban con sus formas y relieves. Sin embargo, entre todos ellos, había uno especialmente... ¿cómo podríamos decirlo sin que nadie se sienta atacado mortalmente en los fundamentos mismos de su humanidad? Bueno, revolucionario o "poco ortodoxo" podrían llegar a ser, con mucho esfuerzo del lector aplicado a su propia imaginación, adjetivos pertinentes para describir el peinado que provocó esta anécdota.

III) Suponga que usted ha ganado una partida y se siente contento; su rival, de menor tamaño físico y menor edad lo ha tenido contra las cuerdas, pero usted, haciendo gala de todo su talento y arte combinativa ha salido airoso de la desagradable situación en que se ha visto envuelto durante las últimas tres horas. En silencio y sin golpear las piezas, comienza, junto a su rival, a analizar la partida. Entonces, se da cuenta que cometió una jugada ilegal, pero su menudo rival no se lo echa en cara. "No pasa nada", le dice. Probablemente usted pensaría: "Uf, ¡qué alivio!" y se iría a casa con un puntito más en su bolsita. Pero esto no fue lo que hizo uno de los jugadores, al haber pasado por la situación antes descrita. En vez de llevarse su injusto puntito a casita, dividió el punto con su rival. "No, vamos a hacer tablas", dijo. Así fue.

IV) Paseando por las últimas mesas de la Serie B, se podía ver a un jugador con termo y mate jugando su partida. Revuelve, ceba, chupa. Revuelve, ceba, chupa. Revuelve, ceba... y le pasa el mate a su rival, que lo recibe con gesto ausente, sin sacar los ojos de la posición... y entonces chupa. Impresionante.

V) Dos jugadores luchan su punto encarnizadamente, poniendo todo en el tablero, han pasado largamente las 30 jugadas. Creyendo que la partida había terminado, váyase a saber por qué motivo, uno de los árbitros se acerca hasta la mesa y apaga el reloj. Los jugadores no lo pueden creer. No se acuerdan del tiempo que cada uno disponía en el reloj. Se pactan, finalmente, tablas por mutuo acuerdo.

VI) En la ronda 2, un jugador está jugando su partida prácticamente con el incremento que le da su reloj. Cuando juega su rival, tiene 30 o 40 segundos para hacer su jugada. Así por varias jugadas. Goza de una mejor posición, pero su rival tiene 400 puntos de ELO más que él, y no va a parar hasta que el otro cometa un error. Pero parece difícil que el primero vaya a perder. Hace una jugada, toca el reloj, y se cubre la cara con las manos mientras piensa y espera el movimiento de su rival. Pero el reloj no se activó, el tiempo sigue corriendo en su contra, y él sin darse cuenta. Por suerte tenía un amigo sentado a su lado, atento y solidario, que con un par de golpecitos en su pierna lo despertó del sueño y lo salvó de una derrota desagradable.

Todas estas son apenas algunas de las muchas anécdotas que nos ha dejado un nuevo Preliminar. Dejamos fuera de esta selección varias que por su corte fascista, su contenido repulsivo o su carencia de atractivo no calificaban para ser publicadas.

3 comentarios:

  1. Acabo de leer "Dejamos fuera de esta selección varias que por su corte fascista"[...].
    Yo quiero saber quien es fascista en el ajedrez uruguayo.
    Gastón Pérez

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  2. Seria interesante que algun arbitro comentara para todos, como se resuelven las situaciones mencionadas, desde el punto de vista del reglamento.

    Saludos

    Guillermo Carvalho

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  3. Bien,Guillermo.La primera situación que se plantea es la del análisis de la partida donde hubo una jugada ilegal.El Reglamento establece que "si durante el transcurso de una partida se comprueba que se ha realizado una jugada ilegal, ec. etc."Aquí la partida había terminado,por lo que no puede ser aplicado ese artículo.Las planillas no habían sido entregadas a los árbitros,por lo que fácilmente los jugadores pudieron borrar el resultado y poner el de tablas.No podemos penalizar algo que no nos enteramos y no podemos probar.La segunda situación que se plantea es la del jugador que es advertido por su amigo que no activó el reloj.El mismo comentario.Al no estar al tanto de la situación,el árbitro no puede penalizar.Si el árbitro se da cuenta de lo que está pasando,debe expulsar al espectador que avisa que no ha sido pulsado el reloj de la sala de juego.Y la tercera situación:la del árbitro que cree que ha finalizado una partida y retira el reloj de la mesa,apagándolo.Esta es la situación más complicada.Si el árbitro recuerda el tiempo que tenían los relojes,no hay problema.Si no lo recuerda,pregunta a los jugadores cuánto tiempo tenían.Ellos suelen recordarlo.En este caso no lo recordaban,creo.Allí se complica.El árbitro deberá ajustar los relojes de acuerdo a su mejor criterio.No tengo el Reglamento a mano para citarlo textualmente.No sé si queda algo por responder o alguna duda sobre lo ya expuesto.
    Jorge

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