El día sábado dice presente.
La mañana comienza a dar sus primeros pasos de un fin de semana que muchos saben, que quedará para siempre en su memoria.
Ellos abren sus ojos, se desperezan, saben que hoy es el día que anhelaban.
El sueño reparador no lo fue tanto, había un cosquilleo en sus pancitas que les impedía dormir como cada noche.
Es que serían protagonistas de una final nacional.
El torneo más importante a nivel de todo el país, del deporte que más aman.
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Poco a poco fueron llegando.
Algunos aún con marcas de la almohada sobre su rostro, otros con el corazón que ya les latía más que de costumbre, pero todos felices por la sencilla razón de estar.
Llegaron las palabras de los adultos, el protocolo, esa formalidad que con la mayor educación supieron escucharon desde el lugar en el que ya estaban ubicados, pero vaya a saber cuanto de eso entendieron.
Hicieron silencio, pero quería empezar, había llegado el momento.
(pica tomasito atrás del alfil!)
Decenas de manitos se estrecharon en el lindo gesto de deportividad, y los tableros cobraron vida.
Las piezas parecían sonreír al ser desplazadas por ese campo de fantasía por esos seres llenos de creatividad, imaginación y frescura.
Se dejaban llevar, felices, sentían una vibración sin igual en esos deditos que los transportaban de una casilla a otro.
Y hubo reyes que quedaron altivos y otros que hicieron la reverencia,
hubo corceles victoriosos y otros que salieron cabizbajos,
torres que fueron inexpugnables y otras que sucumbieron ante la bravura de ataques feroces.
Pero cuando las piezas volvían poco a poco a ocupar su lugar, también hubo nuevos apretones de manos, hubo felicitaciones, hubo reconocimientos.
El tablero quedaba atrás, se buscaba de inmediato la explicación del punto ganado o el motivo de haberlo perdido.
Siempre con la misma ansiedad, con la misma vibración.
Siempre con la misma sonrisa.
(unos anotan, otros miran el tablero, pero Thiago.....posa para la foto!)
El torneo de categorías avanza.
Algunos han jugado dos rondas, y hoy jugarán dos más y seguirán el lunes.
Los más pequeños ya jugaron tres, y hoy cerrarán su participación.
Los resultados fueron aplastantes, demoledores.
Sin duda muchos deben seguir aprendiendo.
Y seguramente sean los que miran desde fuera.
( escuchamos....atendemos....pero......queremos empezar!)
Ganaron ellos.
Los niños.
Y para ganar usaron su sonrisa.
Ganaron todos, porque la sonrisa desconoce el punto que está en juego.
Hoy sigue la fiesta, perdura la fiesta, nos regalarán otra fiesta.
Que lindo competir con esa alegría desbordante.
Que lindo que la sonrisa triunfe.
Que lindo.......este mundo de niños.......
Pulsando
aquí, los detalles competitivos del torneo, si....esos que acumulan puntos.
