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Andrés Rodríguez: ‘Hay que cambiar el ajedrez de alto rendimiento’

El GM uruguayo Andrés Rodríguez dijo a La Proa que “hay que cambiar todo el ajedrez de alto rendimiento” para lograr una mejor actuación en la próxima Olimpíada y que ve a Uruguay consagrando a nuevos MF y MI pero no nuevos GM, al menos a mediano plazo, “ya que se tendrían que dar circunstancias que veo difícil que sucedan”.
Andrés Rodríguez, en 2010. Archivo: La Proa.
Dijo que el descenso de su rating se debe a que “desde fines del 2012, por cuestiones personales y motivacionales”, ha descuidado la parte competitiva pero que espera volver a su nivel dentro de unos meses.

Por otro lado, ofreció al detalle su versión de los hechos acerca de por qué no participó de las Olimpíadas en Tromso y cargó con dureza contra la comisión directiva actual de la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA). “Estamos a tiempo de que pidan disculpas (todos nos equivocamos) o den un paso al costado los responsables de las decisiones”, dijo, al tiempo que también reconoció puntos positivos como “la parte de organización de eventos, el ajedrez escolar y la parte internacional”.
¿Cómo es, hoy en día, tu vida profesional relacionada con el ajedrez?

Quiero hacer una aclaración. Desde finales de abril, momento en que oficialmente la FUA decidió dejarme afuera del equipo olímpico, he guardado respetuoso silencio porque había dos eventos muy importantes como el Iberoamericano y la Olimpíada y no quería influir de ninguna manera en este proceso, que es complejo, y los jugadores deben tratar de dar el máximo. Por eso ahora sí, pasado todo esto, quiero dar mi versión sobre algunas cosas que considero importantes. Pienso que mi opinión es valiosa y puede contribuir de cara al futuro a mejorar algunas cosas.

Con respecto a esta primera pregunta, doy bastantes clases y cursos e intento jugar la mayor cantidad de torneos posibles.

En los últimos tiempos menos de los que desearía, por cuestiones netamente personales.

De una u otra manera, mi vida laboral está siempre relacionada al ajedrez.

Tu Elo ha bajado unos puntos en los últimos dos años y, a la vez, este año has jugado pocos torneos. ¿Qué importancia le estás dando al ajedrez de competencia? ¿Te entusiasma jugar torneos que te planteen un desafío, con jugadores fuertes? ¿A qué le atribuís el descenso en tu rating?

Desde fines del 2012, por cuestiones personales y motivacionales, he descuidado la parte competitiva.

Hace un par de meses he empezado a retomar y espero volver a mi fuerza en unos meses.

Siempre me motiva jugar torneos exigentes (la Olimpíada, por ejemplo). Eso, en parte, ha afectado la motivación. Es difícil, sin viajar, jugar fuertes torneos, y para viajar se precisa apoyo.

El descenso de mi rating se debe a haber jugado torneos sin expectativas y, principalmente, sin motivación.

En tu opinión, ¿por qué la barrera de los 2600 puntos de Elo es casi infranqueable para los sudamericanos? Los mejores de nuestro continente no llegan a cruzarla y, si lo hacen, no pueden mantenerse. Salvo los casos de Bachman, Córdova, Cori, Delgado, Granda, Iturrizaga y Leitao en estos momentos, parecería que los sudamericanos no alcanzamos el nivel de los europeos ni de los asiáticos.

Hoy en día el ajedrez es tan exigente y competitivo que para ser de la elite hay que pagar un precio altísimo.

Los jugadores latinos la tienen muy difícil fundamentalmente por dos motivos: la idiosincrasia latina y la falta de apoyo. Solo cuando se conjugan varios factores como talento, voluntad, disciplina y apoyo se llega a la elite del ajedrez mundial.

A tu juicio, ¿por qué Uruguay no puede ubicarse más arriba con respecto al resto de Sudamérica ni en las categorías juveniles ni en el femenino ni en el absoluto?

Esta pregunta está relacionada directamente con la anterior.

El nivel socioeconómico del Uruguay ha aumentado pero esto no se ha trasladado al sistema deportivo.

Nos encontramos con una combinación muy mala: el ajedrez no es un buen negocio, la idiosincrasia latina nos resta sacrificio y disciplina y el sistema de apoyos e incentivos es casi nulo.

En países como Perú, por poner un ejemplo, aún hoy en día, con todo el crecimiento que han tenido, para mucha gente ser ajedrecista es un buen negocio.

En países como China o Vietnam hay un fabuloso sistema de incentivo al deporte.

A nivel de las categorías promocionales, es evidente que hay que cambiar algunas cosas y solo apoyar a aquellos que demuestren realmente voluntad de progresar y nivel competitivo. Es un tema complejo y hay que sentarse a conversarlo.
Rodríguez y Roselli, durante el Uruguayo 2010. Archivo: La Proa.
En una entrevista que le realizamos a Bernardo Roselli como presidente de la FUA, él explicó tu ausencia de la Olimpíada de este año de esta manera: "Se lo invitó a jugar la Olimpíada, se le explicó cuáles eran las condiciones y él exigió otras. Por ejemplo, no estaba de acuerdo con el Código de Conducta durante la Olimpíada, en el que se manifiesta que si se bebe alcohol, debe ser moderadamente, que si se les da un uniforme lo tienen que usar, que tienen que avisar cuando salen del hotel, etcétera, sobre todo para evitar problemas menores. Él exigió otras condiciones con las que no hubo lugar a negociación". Ahora te preguntamos a vos: ¿por qué no jugaste las Olimpíadas?

En su momento leí la entrevista y me dieron ganas de aclarar algunos puntos pero, como dije al principio de esta nota, preferí dejar que termine este ciclo de torneos para no influir de ninguna manera en el proceso, ya que las decisiones ya las había tomado la FUA.

La respuesta políticamente correcta sería que las declaraciones de Bernardo son inexactas pero lamentablemente es mucho peor que eso, ya que son, además, malintencionadas.

Voy a tener que explayarme un poco para explicar algunos conceptos, pido perdón si es tedioso y largo.

Mi no participación en esta Olimpíada fue decidida por Bernardo mucho antes de este 2014 debido a un problema personal que tuvimos que nada tiene que ver con el ajedrez.

El gran problema es que él, como presidente de la Federación, usó su poder para tomar decisiones que perjudicaron, perjudican y probablemente perjudicarán al ajedrez uruguayo.

El 23 de abril de este año recibí un mail del Sr. Jorge Arias en el que decía que él había sido designado por la FUA para resolver las cuestiones relacionadas al equipo olímpico.

En ese mail se enviaban dos adjuntos. Uno de ellos era la invitación al Iberoamericano, en la que se decía que un jugador sería designado por la FUA (luego, ante mi consulta, me informaron que el designado no era yo) y las condiciones de participación en la Olimpíada.

Me daban generosamente cuatro días para responder y menos de diez días para depositar 2.500 dólares.

A partir de ahí, inicié un intercambio de mails (que al ser privados no puedo mostrar porque lo considero éticamente incorrecto) en los cuales, esencialmente, planteé los siguientes puntos.

Primero y fundamental, que aceptaba formar parte del equipo y que confirmaran mi participación.

Segundo, que las condiciones, por supuesto, eran inaceptables para cualquier persona, y mucho menos para mí, que siendo, mal que les pese a muchos, el mejor jugador de la historia y único ajedrecista profesional del Uruguay, además de único Gran Maestro, ya me he ganado más que el derecho de piso.

En líneas generales, solicité las mismas condiciones que en las dos últimas Olimpíadas (con esta misma comisión directiva) y mencioné que si el problema era financiero estaba dispuesto a prestarle el dinero a la FUA hasta que esta estuviese en condiciones de devolvérmelo después de la Olimpíada.

Entre otras cosas, se me dijo que la FUA no abonaba caché, cosa que hasta hoy no entiendo, ya que a mí mismo y a otras personas (Bernardo incluido) se les ha pagado por participar en distintos eventos.

Quiero creer que esto está debidamente asentado en la contabilidad de la FUA, a la cual lógicamente no tengo acceso.

Incluso expresé que estaría dispuesto a jugar por un caché menor que en las últimas dos Olimpíadas si la FUA estaba con problemas económicos (cosa que, visto que se mandó una delegación de 14 personas con preparación previa, supongo no sería así), pero al ser profesional no puedo jugar gratis. Es más, no conozco ningún país latinoamericano (que es la realidad que conozco) que no dé becas a sus mejores deportistas y/o que no le pague por jugar en un evento como la Olimpíada, pero seguramente el mundo debe de estar equivocado...

El Iberoamericano (al igual que el Zonal, Panamericano, etcétera) es un torneo para el que, sin excepción, todos los países latinoamericanos nominan a su mejor jugador o mejores jugadores para que jueguen.

En mi caso, esto sucedió una sola vez en la historia. Desconozco el motivo por el cual la FUA no me nomina al mismo. De nuevo, supongo que el resto del mundo debe de estar equivocado...

A partir del primer mail respondido, el Sr. Jorge Arias se dedicó a chicanearme, pero en momento ninguno hubo la menor intención de que yo participe.

Voy a contar una anécdota que pinta esto de cuerpo entero. Cuando faltaban pocas horas para que se venciera el plazo que la FUA me había dado para responder (cuatro días), le mandé un mensaje a Arias. Como estaba dando un curso en Brasil, por ahí mi respuesta llegaba después de medianoche (me habían preguntado el valor del caché). A lo cual me contestó que no podía esperar después de la hora cero de ese día. Sin comentarios. También mencioné la posibilidad de reunirnos para resolver las cuestiones pero me respondieron que la única manera era aceptar todas las condiciones impuestas, sin lugar a negociación alguna, en el plazo establecido.

Otra de las “chicanas” creadas para la ocasión es el Código de Conducta, un mamarracho que atenta contra la libertad individual y con claros tintes autoritarios. Por ejemplo, el artículo 5 tiene claras reminiscencias a métodos usados por los regímenes dictatoriales. [El artículo 5 del Código de Conducta dice, textualmente: “El jugador deberá dirigirse a los restantes integrantes del equipo, y en general, a las personas con quienes trate en el marco del campeonato correspondiente, con el debido respeto y corrección. Asimismo, deberá denunciar al presidente de delegación o al capitán de equipo cualquier incorrección en este sentido de cualquier otro integrante del equipo”.]

Para que se entienda bien: hace muchos años atrás, yo fui el primero en expresar que debían crearse “normas de conducta” para buscar un nivel de compromiso y profesionalismo mayor en el ajedrez uruguayo. De ahí a pretender que toda persona que represente al país deba firmar esa atrocidad, hay un paso gigante.

Me consta que fue creado con el único objetivo de “amenazar” o “marcar la cancha”. Lo que más me entristece de todo esto es que la comisión directiva y los jugadores hayan sido cómplices de ello. Quiero creer que finalmente nadie lo firmó (aunque en este caso se hubiese violado el reglamento de la FUA), porque me decepcionaría sobremanera que alguien hubiese firmado tamaña barbaridad, pero esto no tengo cómo saberlo, ya que no he hablado del tema con ninguno de los jugadores.

Hace muchos años atrás, cuando entré a la sala de un torneo de las categorías promocionales, escuché a dos jugadores que decían: “Espero que Andrés no juegue, así tenemos chances de clasificar”. Sigo teniendo la misma impresión que en aquel momento, que es que hay muchos jugadores (por suerte no todos ni la mayoría) que prefieren que yo no participe porque así hay un lugarcito más para ir a pasear. Triste y mediocre pensamiento, pero negar que existe sería una hipocresía.

Jorge Arias me expresó que él fue el autor del Código de Conducta, y que la FUA, con el impulso de Bernardo, lo avaló y promulgó. De ser así (no tengo cómo afirmarlo ni negarlo) creo que deberían salir a pedir disculpas públicas y dejarlo sin efecto inmediatamente. A partir de ahí, formar una comisión que cree un código de normas en beneficio del ajedrez uruguayo, que, entiendo, debe ser el objetivo final. Que este “Código” esté pésimamente redactado y sea inaceptable, no quiere decir que no contenga algunas cosas valiosas e interesantes que podrían aplicarse en un futuro.
Rodríguez enfrentando a Carlsen en 2014.
¿A qué se refería Roselli con que no te "gustó el Código de Disciplina que tiene la FUA"?

A raíz de todo esto, descubrí que ya había un Código de Disciplina en la página oficial de la FUA ¡que consta de 56 artículos, más sus apéndices correspondientes! Otra barbaridad que por suerte creo no ha llegado a aplicarse. Si se redactaran cosas tan completas para desarrollar el ajedrez, esto sería sin dudas mucho más provechoso.

Si Bernardo dice que no me gusta, está en lo cierto. No solo no me gusta, sino que jamás avalaría ni firmaría nada parecido, porque los valores que mis padres me inculcaron no me lo permitiría jamás.

El capitán del equipo absoluto durante Tromso 2014, el GM Alejandro Hoffman, nos dijo que si bien para él era claro que Uruguay no había llevado al mejor equipo posible, había reglamentos que cumplir para evitar la designación de equipos olímpicos "a dedo", que, para él, es injusta. ¿Cuál opinás que debería ser el método para elegir a los integrantes de los equipos que viajan a jugar las Olimpíadas?

Más allá de pequeñas discrepancias (por ejemplo, considero que la cantidad mínima de partidas exigidas es exagerada), creo que en líneas generales el método de selección de los jugadores es el correcto. El objetivo final debe ser que vayan los mejores. Si esto no se logró, fue porque Bernardo así lo decidió, y no por los reglamentos, justamente lo opuesto de lo que cree Hoffman que ocurrió, ya que probablemente le dieron información falsa, que él creyó en su buena fe, como, por ejemplo, que yo no había aceptado jugar.

Aprovecho la ocasión para dar mi opinión de ambos capitanes, que fueron los mismos que en 2012 pero en roles intercambiados (en esa ocasión algunas personas los cuestionaron). Creo que la elección fue excelente. Son dos personas que respeto muchísimo a nivel profesional y personal. La única salvedad que haría es que Rivera debería ser jugador y no capitán (ya que sería un excelente refuerzo al equipo). De hecho, conociéndolo a Daniel, no entiendo cómo permitió que me dejaran afuera del equipo con la chicana del Código de conducta, pero sabiendo de su calidad humana debe de tener sus motivos.

En esa misma entrevista, Roselli dijo: "La ausencia de Andrés Rodríguez da paso a una nueva generación". ¿Tu decisión de no jugar por Uruguay fue para el campeonato uruguayo y las Olimpíadas de este año o pensás mantenerla por un tiempo más prolongado?

Ya he aclarado el tema de la Olimpíada. En mi último mail dejé claro que yo iba a participar del equipo y ellos me respondieron que llamarían al próximo.

Sobre el Campeonato Uruguayo hubo otra vez una voluntad manifiesta de que no participe, chicaneándome con el Código de Conducta y desalentando mi participación de manera manifiesta.

Creo que con esto la pregunta está respondida. No solo no di ningún paso atrás ni al costado, sino que nunca abandoné.

Obviamente, se necesitan cambios urgentes, principalmente conceptuales, y dejar los intereses personales de lado para que mi participación sea más asidua.

Desde que me vine a vivir a Buenos Aires hace 20 años siempre he hecho lo posible por jugar en Uruguay y siempre he estado a disposición. Si se dio menos veces de las que me hubiese gustado, fue porque las autoridades deportivas de turno no lo consideraron importante.

En relación a dar paso a la nueva generación, nada me gustaría más que en Uruguay hubiese muchos Grandes Maestros y que me obligasen a mejorar cada día para ser competitivo. Lamentablemente, esto está muy lejos de suceder.
Rodríguez en 2011. Archivo: La Proa.
¿Ves a Uruguay generando nuevos jugadores titulados, competitivos a nivel internacional, de acá a diez años?

Uruguay, muy lentamente, irá generando nuevos titulados (MF y MI) pero no veo la posibilidad de que Uruguay tenga otro Gran Maestro en el mediano plazo, ya que se tendrían que dar circunstancias que veo difícil que sucedan.

¿Qué pasos deberíamos dar para que en las Olimpíadas de 2016 podamos lograr una actuación destacada?

Hay que cambiar todo el ajedrez de alto rendimiento. El camino está claramente por el lado de los cursos que Alvaro Guerrero promovió (aprovecho para agradecerle personalmente) en los cuales participé activamente y me llenaron de orgullo. Lamentablemente, la FUA no tuvo interés en apoyar e incentivar dichos cursos. Además, como sucede en todo el mundo, hay que apoyar a los mejores deportistas (con becas, pasajes, entrenadores, etcétera) para que puedan entrenar y participar de los principales eventos deportivos. Los recursos que la FUA administra son seguramente insuficientes pero mucho mejores que en otras épocas, gracias, principalmente, a la actual comisión directiva. Es momento de replantearse la utilización de los mismos. Por ejemplo, en el alto rendimiento, está claro que hay que nombrar un responsable que tome las decisiones y apoyarlo con recursos concretos.

Como único GM que tiene Uruguay y como el jugador con más rating internacional del país desde hace varios años, ¿cómo evaluás la gestión directiva de la FUA en los últimos años? ¿Qué fortalezas y debilidades le encontrás?

Hace 25 años que soy el mejor jugador uruguayo y 30 que juego al ajedrez. Lo realizado por esta comisión directiva es, por lejos, lo mejor que he visto, y en muchos aspectos no dudo en catalogarlo como brillante. La parte de organización de eventos ha sido excelente, de la mano de Bernardo, así como la parte del ajedrez escolar, de la mano de Esteban Jaureguizar, y la parte internacional, de la mano de Enrique Celi.

También sé que la parte de arbitraje ha sido más que buena pero no quiero mencionar a nadie porque desconozco el proceso y sus responsables. Pido disculpas por no mencionar más personas que seguramente se lo merecen, pero mi idea fue solo mencionar las cabezas más  visibles.

Lamentablemente, cuestiones de ego los han hecho perder el rumbo en algunos aspectos. Lo de que si quieres conocer a alguien dale una cuota de poder, y esta, por mínima que sea, transforma a las personas, parece aplicar perfectamente aquí.

Desde tu punto de vista, ¿cuál debería ser la prioridad en materia de ajedrez a nivel de proyecto-país? ¿La difusión en escuelas? ¿La difusión a nivel masivo? ¿La alta competencia? ¿Creés que es posible/deseable darle la misma importancia a todas a la vez?

Todos estos puntos son prioritarios y no sabría decirte cómo organizarlos. Ser dirigente es algo muy difícil (y muchas veces ingrato) y los que asumen esta responsabilidad espero estén capacitados para estas cuestiones.

No creo que haya ninguno de estos puntos que pueda descuidarse. Seguro que en el tema del ajedrez de alta competencia puedo aportar mis conocimientos y experiencia, y estoy, como siempre, a disposición.

Para finalizar me gustaría decir que por culpa de una decisión arbitraria e injusta, el Uruguay fue perjudicado dejando afuera a quien escribe (habiendo aceptado de pleno derecho participar) y a Martín Crosa, por mencionar los dos nombres más importantes (yo, personalmente, también me considero damnificado, pero esto es mucho menos importante).

Estas decisiones desembocaron en la peor actuación de la historia de las Olimpíadas en el absoluto y una más que regular actuación en el femenino. También fue floja la actuación general del Iberoamericano. No me cabe duda de que los jugadores, las jugadoras y capitanes han puesto lo mejor de sí, y les agradezco por ello, ya que yo, como muchos otros que amamos el ajedrez, estuvimos siguiendo las partidas con la esperanza de un buen resultado, que lamentablemente no se dio. Quiero destacar particularmente las actuaciones de Cópola, que demostró que se puede, y de Camila, por lejos la mejor de la historia, y no ha sido reconocida debidamente.

Los que han cometido los errores, y muy graves, por cierto, son los dirigentes, con Bernardo como principal responsable, habiendo dejado afuera por capricho a los que no solo aportamos puntos, sino conocimiento, experiencia y confianza en un equipo, y privando a Uruguay de un buen resultado en un torneo como el Iberoamericano y, principalmente, en la Olimpíada, en la que pasamos del lugar 30 hace cuatro años al lugar 105 ahora.

Además, hay decisiones internas del equipo que desconozco pero no entiendo, como el hecho de que Bernardo juegue de tercer tablero. Quiero creer que fue una decisión tomada por el capitán.

Estamos a tiempo de que pidan disculpas (todos nos equivocamos) o den un paso al costado los responsables de las decisiones, así entre todos podemos tirar hacia adelante y construir un mejor ajedrez, cada uno desde el lugar que le toca. Estamos a tiempo, solo depende de que los responsables integren a las personas más capacitadas en cada área.

4 comentarios:

  1. Muy buena nota !!

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  2. Me parece algo menor que Andrés diga que no jugó la olimpíada por no firmar un código de conducta, ningún jugador profesional debería tener inconvenientes en firmar ese papel (por más ridículo que sea!), entiendo que si uno va a representar al país en una olimpíada poco le va a preocupar ese código ya que va a eso (a jugar) y no a pasear, salir de farra, etc. Y si se porta mal se verá la sanción para otro momento, no?

    Creo que acá hay una cuestión de "ego macho man" por cosas que no se mencionan en la entrevista. Me hace recordar a la discusión que tuvo el Ruso Kotov con Govlin en Helsinky 54.



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  3. Fabian, conozco a Andres hace tanto tiempo como Bernardo lo conoce y te puedo asegurar que pedirle (o exigirle) que firme ese código a él, es más difícil que pedirle al Pepe Mujica que se mude a la casa presidencial, se ponga corbata todos los días y aprenda inglés (todo junto).

    Puedo estar de acuerdo contigo que es un problema de egos (ambos tienen una personalidad muy fuerte), pero ambos son imprescindibles para que el ajedrez uruguayo mejore, en mi humilde opinión, los que fallaron fueron los terceros en cuestión, que tendrían que haber mediado o buscado la forma de llegar a una solución, en lugar de quedarse expectantes.

    Saludos, Alvaro Guerrero

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  4. Estoy de acuerdo en algunas cosas y en desacuerdo en otras, pero... sin dudas que si me "hicieran caso" a mí es probable que el ajedrez de "alto nivel" le fuera peor.

    En cualquier caso es una nota importante a ser leída y pensada.

    Mi discrepancia fundamental, es que tanto en ajedrez como en todo otro deporte, estoy en contra del profesionalismo. Y si eso supone que nos vaya menos bien...qué pena. No se trata de si el mundo o si nosotros tenemos razón, no es una cuestión de tener la razón.

    Es una cuestión de en qué mundo queremos vivir.

    Creo que la docencia de ajedrez debe ser profesional, que los entrenadores de ajedrez deben ser profesionales, que hasta los árbitros de nivel superior deben ser profesionales , al menos part time. Pero ser jugador, en ajedrez y en todo otro deporte, debe seguir siendo amateur.

    Guillermo Uria

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