El calor del aquel verano del 2004 en nada hizo mella para que los humildes tableritos de cartón irrumpieran en la vereda de la calle Comercio, y desde el primer mes de ese año echara a andar la idea, loca y utópica como la que más, de formar un club de ajedrez en el barrio.
Y desde ese mismo momento se comenzó a escribir la historia de una institución que en los meses siguientes se daría por llamar La Proa, y que con mucha tinta como para llenar varios cuadernos, arrancaba con unos bríos y unos sueños descomunales.
Las hojas se fueron llenando lentas pero firmes, y se completaban todas, sin dejar huecos vacíos.
Aquel 30 de marzo de 2005 se recuerda aún como el "nacimiento oficial" ya que es el día en que fue aceptada la afiliación en los registros de la Federación Uruguaya de Ajedrez.
Y detallar lo que cada hoja tiene como registro de esa pluma que no dejó nada en el olvido sin duda que es bastante, pero si recuerda que se paseó acompañando a delegaciones por muchos rincones de nuestro suelo a saber Canelones, Maldonado, Colonia, Mercedes, Salto, Treinta y Tres, San José, Trinidad, detallando todas las innumerables visitas a la "República de Sauce", así como también en sus letras internacionales cuando visitó Argentina o Brasil.
Tantos niños que nos llenaron de alegrías con sus crecimientos a nivel del juego, con sus títulos obtenidos, o esas sonrisas de satisfacción por encontrar la jugada buscada con esmero.
Los renglones también tuvieron que registrar la cantidad de eventos que se hicieron para homenajear a campeones uruguayos juveniles, haciendo torneos de menores con asistencia récord desbordando los amplios salones que lo cobijaban, o realizando torneos internacionales con más de 100 participantes o llevar adelante el campeonato de categorías infantiles acompañados por ilustres figuras del acontecer nacional.
Los últimos años la "telaraña" de talleres proístas comenzó a tejerse y el año 2013 veía a cuatro lugares albergar a decenas y decenas que se acercaban para vivir desde dentro este mundo maravilloso de los trebenos, Buceo, Aldea, Misterio y Experimental, daban cabida y comodidad a todo el que se quisiera acercar.
Nació un proyecto de acercar profesores a las escuelas públicas del barrio, y la pluma temblorosa por la alegría registraba para el futuro como cerca de 400 niños ya eran atendidos en dos escuelas publicas y se abría el camino para una tercera.
Fueron 10 años de registros permanentes, de dejar que los cuadernos se fueran llenando con los sueños cumplidos, con metas alcanzadas, y con utopías nuevas que impulsaban a caminar.
Cuanta tinta quedó en ese papel,
cuantas manos se movieron para escribir tantas y tantas letras.
Mirar aquel enero de 2004 y ver este marzo de 2014, llena de satisfacción al ver que las horas y el tiempo invertido no fueron en vano.
Hoy esta pluma se quedó sin tinta y sus letras en el cuaderno de registros dejarán de estar.
Ya están con mucha reserva, otros que seguirán escribiendo el camino que se transite de aquí en más.
De más está decir, que los poseedores de esas manos, son gente por demás comprometida, inteligente, luchadora, que darán todo de si para enriquecer en mucho lo ya hecho y hacer de estos diez años pasados algo pequeño comparado con el futuro por venir.
Gracias a todos por haberme dado la posibilidad de tener este cuaderno entre mis manos y ser feliz en todos los momentos que estuve en este camino, dejando que mi pluma dejara impresa los hechos y las personas que empujaron y mucho para que este presente fuera posible.
El adiós es ya sin tinta,
quien venga sin duda
lo hará con mejor letra.
Salud.
Miguel