Nació el 23 de septiembre de 1983. Aprendió el llamado Juego Ciencia en casa, con su papá, que según él no se distingue por ser un buen ajedrecista ni mucho menos, pero que mueve las piezas. Luego se inscribió en la academia, por embullo. Y ahora tiene la sala llena de trofeos y es el jugador de más alto ELO de todos los tiempos en el país. A los 15 consiguió su primera norma de Gran Maestro (GM), y a los 17 conquistó la definitiva, en el torneo abierto de Linares, España. Al finalizar el siglo XX ya era subcampeón nacional, y en las dos últimas ediciones de nuestro máximo certamen se proclamó titular de Cuba. El güinero se ha enfrentado al ucraniano Vasili Ivanchuk, uno de los más encumbrados trebejistas del ajedrez universal, hace algunos años tercero del mundo. También se ha medido con otros monstruos de la talla de Boris Gelfand, Peter Leko y Peter Svidler. Solo Gelfand ha logrado derrotarlo... una vez. En los otros duelos pactaron tablas. Pero hoy Leinier conduce las piezas negras y yo las blancas. De modo que moveré primero: -¿Qué aperturas prefieres? "Las abiertas, como la Defensa Siciliana". -Cuando te iniciaste en este deporte, supongo que seguías cada partida de algún ajedrecista en particular: ¿quién? "Fischer siempre fue mi ídolo, aunque también me gusta mucho como juega Kasparov". -¿Cuál de las piezas te duele más perder? "Casi siempre la dama, pero depende de la situación". -¿Te ha sorprendido muchas veces una jugada de jaque del contrario? "Sí, algunas veces. En todas las partidas a uno se le escapan jugadas". -¿Cómo se llega a los 2 600 puntos de ELO y qué más se precisa para llegar a los 2 700 o a la mítica marca de 2 800? "Entrenamiento fuerte con GM que te ayuden, y participación en buenos torneos, de categoría XV en adelante, como el de Linares, donde rivalices con jugadores con ELO de 2 700. Ambas cosas a la par". -¿Cómo estudias? "Casi siempre solo, a veces con ajedrecistas de Güines. Trabajo con los programas de juego de la computadora, principalmente el Fritz 8, el más avanzado, y el Junior. También con el tablero. Con los premios en metálico compro libros para estudiar". -De entre tantos trofeos, ¿cuál significa más para ti? "El del primer campeonato nacional... y el de subcampeón mundial sub 18 en España 2 000". -¿Tu otra pasión? "El fútbol. Sigo al Real Madrid y juego con mis amigos". -¿Un duelo que quisieras ver? "Kasparov contra Fischer, pero ambos en sus mejores tiempos". -¿Una meta cercana a la cual aspiras? "Estabilizarme en un ELO de 2 650". -¿Qué opinas sobre el torneo de Linares? "Uno de los tradicionales y, sin dudas, el más fuerte. Desde el torneo abierto que se organiza a la par en la misma ciudad, he tenido la oportunidad de ver jugar a los monstruos". -¿El Mundial? "Para el próximo me preparo para tratar de avanzar al menos tres vueltas y llegar a la ronda de octavos de finales". -¿Bruzón? "Somos rivales y compañeros a la vez. Es un jugador excelente". -¿El mejor ajedrecista de todos los tiempos? "Para mí es Robert Fischer, aunque hay criterios divididos. Gary Kasparov es muy duro también. Por eso me gustaría verlos enfrentarse. Pero creo que Fischer ha sido el mejor". -¿Qué es para ti una simultánea? "He jugado unas cuantas, sobre todo después de la simultánea gigante en la Plaza de la Revolución, con la cual surgieron nuevos planes. Es una forma de difundir el ajedrez y que la gente lo practique". -Tú, Bruzón y Walter Arencibia han brillado como juveniles, ¿qué les falta para incluirse entre los primeros puestos de la élite mundial entre mayores? -"Los torneos necesarios, el tope con los jugadores de 2 700 de ELO. Adaptarnos al roce con la élite. Cuando te les enfrentas con frecuencia se eleva tu nivel. Disputar una partida con ellos cada tres años no es solución". -¿Qué sucede en tu cabeza cuando tienes que inclinar el rey? "Trato de sacar la mayor enseñanza de cada derrota. Buscar en lo que me equivoqué para no volver a hacerlo. Pero uno siempre se pone triste cuando pierde. Reacciono con ecuanimidad. También es importante saber perder bien". -¿y cuando sabes que vas a ganar? "Bueno –ríe-, felicidad. Imagínate". Y a continuación realizamos otras movidas. Me habla del apoyo de su papá y de toda la familia; de Raúl Pérez, Dagoberto Díaz y Luis Enrique Torres, sus primeros entrenadores, del sueño de incluirse entre los mejores del planeta. Por esta vez creo que conseguí unas tablas con Leinier Domínguez. |